La protección del bienestar y de la calidad de vida de la población es un aspecto clave en los actuales sistemas sanitarios, sin embargo, para conseguirlo es indispensable la involucración de las administraciones y los diferentes actores políticos, trabajando conjuntamente con los profesionales sanitarios y la propia ciudadanía.
Un horizonte nublado se cierne sobre la Atención Primaria española. Un malestar que se intensifica con la profecía de la Sociedad Española de Médicos de Familia y Comunitaria (semFYC): para 2025, un vacío de 2.600 médicos de familia podría sumirla en un colapso sin precedentes. Sin duda, es un panorama desolador que, lejos de ser una simple predicción, se configura como una realidad tangible a la que debemos dar respuesta.
En ocasiones, los padres se frustran al ver que su hijo/a continúa orinando en la cama y/o sienten que algo falló en el entrenamiento para saber usar el baño. Te contamos lo que deben saber para aceptar y poner solución a este problema.
Actualmente, en España, hay aproximadamente 15.000 especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria que ejercen la medicina rural, según datos del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos. Se trata de médicos que trabajan en municipios de menos de 15.000 habitantes, muchos de ellos pertenecientes a la conocida como España vaciada.
Está científicamente demostrado que los hábitos de vida determinan en gran medida la salud de las personas. Cambiar a hábitos y estilos de vida más saludables mejora la salud, disminuye el riesgo de sufrir enfermedades y cuando existen, mejora su curso, disminuye la carga de la enfermedad y la aparición de complicaciones. En este ámbito, los profesionales sanitarios tienen un importante papel a la hora de transmitir estos beneficios, gracias a la proximidad y accesibilidad que les proporciona el ámbito asistencial.
En los últimos años el modelo de la Medicina de Familia en España ha ido cambiando a causa de la crisis de Atención Primaria. La sobrecarga de trabajo, las listas de espera, el bloqueo y las dificultades de acceso para los pacientes, han hecho que los médicos de Atención primaria ya no se perciban como la verdadera puerta de entrada al sistema.