La pandemia de la COVID-19 puso a prueba la capacidad de respuesta de los sistemas sanitarios a nivel global, incluyendo el español. Durante este periodo, surgieron numerosas iniciativas y mecanismos de colaboración entre distintos colectivos sanitarios para hacer frente a los desafíos que planteaba la crisis. Entre estas, destacó especialmente la estrecha colaboración entre los servicios de farmacia hospitalaria y las farmacias comunitarias, una alianza clave para garantizar la continuidad en la dispensación de medicamentos a los pacientes más vulnerables.

El eje principal de esta colaboración fue la dispensación de medicamentos de diagnóstico hospitalario a través de las farmacias comunitarias más cercanas al domicilio de los pacientes. De esta forma, se evitó que estos tuvieran que acudir a los hospitales, minimizando el riesgo de contagio y protegiendo su salud.

Aunque en algunas comunidades autónomas ya existían proyectos de dispensación colaborativa para pacientes estables con tratamientos crónicos, la crisis sanitaria sirvió como catalizador para implementar definitivamente estas iniciativas, consolidando el papel de los farmacéuticos en ambos ámbitos. Así, tanto la farmacia hospitalaria como la comunitaria demostraron ser pilares esenciales para garantizar el acceso seguro y eficiente a los tratamientos en un momento crítico para la sociedad.

¿Qué es la farmacia comunitaria?

La farmacia comunitaria es un establecimiento sanitario de carácter privado, pero de interés público regulado por leyes nacionales y autonómicas. En ellas el equipo farmacéutico comunitario asegura a la población el acceso a los medicamentos y productos sanitarios, ayudándoles a que hagan un uso correcto, seguro, efectivo, eficiente y responsable de sus fármacos. 

¿Qué servicios ofrece la farmacia comunitaria?

Los principales servicios del farmacéutico comunitario son:

• Adquisición, custodia, conservación y dispensación de los medicamentos y productos sanitarios.
• Vigilancia, control y custodia de las recetas médicas dispensadas.
• Elaboración de fórmulas magistrales y preparados según los procedimientos y controles establecidos.
• Información y seguimiento a los pacientes con tratamientos farmacológicos.
• Detección de reacciones adversas y notificación a los organismos responsables de la farmacovigilancia.
• Formación e información sobre el uso racional de medicamentos y productos sanitarios.

Además, las farmacias comunitarias se van incorporando a nuevos planes y estrategias del Ministerio de Sanidad y de las comunidades autónomas, para temas relacionados con la promoción de la salud y la prevención de enfermedades en el ámbito de la Salud Pública: 

• Asesoramiento en materia de seguridad alimentaria y sanidad ambiental.
• Identificación precoz de patologías y cribados poblacionales (ejem. campaña de prevención del cáncer de colon).
• Colaboración con los pacientes en el autocuidado y autocontrol de sus enfermedades.
• Campañas educativas. 
• Deshabituación tabáquica.
• Detección rápida de alteraciones en la salud pública a través de la Red de Farmacias Centinela.

La OMS considera al sistema sanitario español el séptimo mejor del mundo por permitir que el 99% de la población española disponga de farmacias comunitarias en el propio municipio, garantizando un acceso igualitario en todo el territorio nacional. 

La farmacia comunitaria ha dado un gran paso en el camino hacia una farmacia más asistencial. Además, el reconocimiento social es unánime: el 80% de los españoles cree que los farmacéuticos pueden prestar más servicios y un 90% reclama una mayor integración de las farmacias en la Atención Primaria.

Tipos de farmacia comunitaria

Actualmente se pueden diferenciar dos tipos de farmacias comunitarias según el perfil de sus pacientes: 

• Farmacia rural. Atiende mayoritariamente a pacientes ancianos con enfermedades crónicas y polimedicados. Estas personas acuden asiduamente a la farmacia demandando un tipo de servicio más asistencial, por lo que el farmacéutico conoce personalmente a todos los pacientes y sus necesidades.
• Farmacia urbana. El tipo de pacientes es mucho más variado y el farmacéutico no los suele conocer tan profundamente, ya que muchos de ellos van de paso. 

¿Qué es la farmacia hospitalaria?

El otro gran ámbito donde actúan los profesionales farmacéuticos es en los servicios de farmacia hospitalaria.

Se define farmacia hospitalaria como una especialización farmacéutica que se ocupa de servir a la población en sus necesidades farmacoterapéuticas a través de la selección, adquisición, preparación, control, dispensación e información de medicamentos. Además, ofrece otros servicios orientados a conseguir una utilización apropiada, segura y coste-efectiva de los medicamentos y productos sanitarios, en beneficio de aquellos pacientes atendidos en los hospitales y en sus ámbitos de influencia.

Tipos de farmacia hospitalaria

El farmacéutico hospitalario puede ejercer su actividad profesional en tres entornos o ámbitos asistenciales:

• Primaria. Centros de salud y centros de salud mental.
• Especializada. Hospitales generales, hospitales de media y larga estancia y hospitales monográficos.
• Otros. Centros sociosanitarios, centros psiquiátricos y centros penitenciarios.

Principales servicios de la farmacia hospitalaria

La farmacia hospitalaria desempeña un papel crucial en el ámbito sanitario, asegurando la correcta gestión de los medicamentos y ofreciendo atención farmacéutica especializada a los pacientes hospitalizados y aquellos que requieren tratamientos farmacoterapéuticos complejos. Los farmacéuticos hospitalarios están involucrados en diversas actividades que van más allá de la simple dispensación de medicamentos, contribuyendo a mejorar los resultados de salud de los pacientes y garantizando el uso seguro y efectivo de los medicamentos.

Atención farmacéutica especializada

Uno de los servicios más relevantes de la farmacia hospitalaria es la atención farmacéutica especializada. Esta atención implica un seguimiento continuo y personalizado de los pacientes, evaluando la efectividad y seguridad de sus tratamientos. Los farmacéuticos hospitalarios colaboran estrechamente con médicos y otros profesionales sanitarios para adaptar los tratamientos a las necesidades específicas de cada paciente, asegurando que se minimicen los riesgos de reacciones adversas y que se maximicen los beneficios terapéuticos.

Además, la atención farmacéutica especializada incluye el monitoreo de terapias intravenosas y tratamientos oncológicos, donde los farmacéuticos desempeñan un papel clave en la preparación y administración segura de fármacos para enfermedades complejas.

Investigación y farmacovigilancia

La investigación es otro de los pilares de la farmacia hospitalaria. Los farmacéuticos hospitalarios participan en ensayos clínicos y estudios de investigación que buscan evaluar la eficacia y seguridad de nuevos tratamientos. Su labor es esencial para la introducción de medicamentos innovadores en el sistema sanitario, lo que contribuye a mejorar la calidad de vida de los pacientes.

La farmacovigilancia, por su parte, implica la detección, evaluación y prevención de efectos adversos relacionados con el uso de medicamentos. Los farmacéuticos hospitalarios juegan un rol fundamental en la notificación de reacciones adversas y la implementación de medidas correctivas para asegurar que los tratamientos sean lo más seguros posibles para los pacientes.

Gestión de medicamentos en hospitales

La gestión de medicamentos en hospitales abarca múltiples actividades, desde la adquisición y almacenamiento de medicamentos hasta su distribución y dispensación controlada. El farmacéutico hospitalario es responsable de garantizar que los medicamentos estén disponibles cuando se necesiten, en las cantidades adecuadas y bajo las condiciones óptimas de conservación.

Además, la gestión incluye la evaluación de la relación costo-efectividad de los medicamentos, asegurando que el hospital ofrezca los tratamientos más efectivos dentro de un marco de sostenibilidad financiera. Esta gestión eficiente también incluye la participación en comités de evaluación de medicamentos y la implementación de políticas que promuevan el uso racional de los fármacos.

¿Cuál es la diferencia entre farmacia comunitaria y hospitalaria?

Aunque la farmacia comunitaria y la farmacia hospitalaria comparten el objetivo fundamental de proporcionar acceso seguro y eficiente a los medicamentos, sus roles y funciones varían considerablemente, adaptándose a las particularidades de los pacientes y al entorno en el que operan.

• La farmacia comunitaria es el punto de acceso más cercano para los pacientes en su día a día. Como establecimientos de interés público, las farmacias comunitarias se centran en asegurar el acceso a los medicamentos, productos sanitarios y otros servicios de salud en el ámbito cotidiano. En este entorno, el farmacéutico comunitario actúa como un profesional de confianza que orienta a los pacientes sobre el uso correcto de los medicamentos, colabora en la prevención de enfermedades a través de campañas educativas y promueve la adherencia a los tratamientos crónicos, especialmente entre pacientes ancianos o polimedicados.
• Por otro lado, la farmacia hospitalaria está especializada en la atención de pacientes ingresados o con tratamientos que requieren un seguimiento más estricto. Los farmacéuticos hospitalarios no solo dispensan medicamentos, sino que también juegan un papel esencial en la gestión clínica de los tratamientos farmacológicos más complejos. Este ámbito incluye la selección y evaluación de fármacos, la participación en ensayos clínicos y la farmacovigilancia, con el objetivo de asegurar que los pacientes reciban tratamientos personalizados y adecuados a sus condiciones de salud.

En resumen, la farmacia comunitaria se centra en el acceso y uso de medicamentos en la vida diaria del paciente, mientras que la farmacia hospitalaria está orientada a la atención clínica de pacientes con necesidades terapéuticas complejas, integrando investigación y gestión avanzada de medicamentos.

Colaboración entre farmacia comunitaria y hospitalaria

La colaboración entre la farmacia comunitaria y la farmacia hospitalaria ha sido clave para optimizar el sistema sanitario, y un claro ejemplo de ello fue el establecimiento de la dispensación colaborativa durante la pandemia de COVID-19. Este sistema permitió que pacientes que normalmente recogían sus medicamentos en hospitales, pudieran obtenerlos en las farmacias comunitarias cercanas a sus domicilios. Esta iniciativa no solo evitó desplazamientos innecesarios a los hospitales, sino que también redujo el riesgo de contagio y ofreció una atención más accesible y cómoda para los pacientes.

Este tipo de colaboración ha demostrado múltiples beneficios. Para los farmacéuticos comunitarios, ha representado una oportunidad de participar más activamente en el seguimiento de los tratamientos de sus pacientes, brindando una atención más personalizada y mejorando la adherencia terapéutica. Para los farmacéuticos hospitalarios, la colaboración ha aliviado la carga de dispensación en los centros hospitalarios, permitiendo que se enfoquen en la atención de casos más complejos y en la gestión integral de los medicamentos.

La dispensación colaborativa ha abierto la puerta a nuevas formas de cooperación entre ambos tipos de farmacia, y ha mostrado que la integración de la farmacia comunitaria en la atención de pacientes crónicos o en tratamientos de diagnóstico hospitalario es no solo factible, sino beneficiosa para el sistema de salud. Los farmacéuticos de ambos ámbitos han destacado que la continuidad de esta colaboración podría optimizar aún más los recursos y mejorar la calidad de vida de los pacientes, ofreciendo un sistema más accesible y cohesionado.

Herramientas necesarias para el éxito

Para asegurar el éxito continuo de la colaboración, se han identificado varias herramientas necesarias:

• Establecer circuitos asistenciales de coordinación entre farmacias y hospitales.
• Implementar una plataforma de comunicación entre los servicios de farmacia hospitalaria y comunitaria para garantizar una trazabilidad completa del servicio y compartir datos para el seguimiento de los tratamientos.
• Crear un único historial farmacoterapéutico accesible para ambas farmacias.
• Mejorar los sistemas de notificación de reacciones adversas.
• Implementar herramientas telemáticas y sistemas de consulta telefónica para realizar el seguimiento desde la farmacia hospitalaria.
• Asegurar la cohesión territorial para que los pacientes puedan acceder a tratamientos en cualquier comunidad autónoma, eliminando barreras geográficas.

Hay mucho trabajo conjunto en el que seguir avanzando, pero sin duda, las nuevas tecnologías permitirán ofrecer respuestas a las necesidades de los pacientes que comparten farmacia hospitalaria y farmacia comunitaria.⁷

Los resultados avalan el sistema colaborativo entre farmacias

La dispensación colaborativa ya ha sido implantada en cinco comunidades autónomas en España, beneficiando a más de 32.000 pacientes. Este sistema permite a los pacientes recoger sus medicamentos hospitalarios en farmacias comunitarias, evitando los desplazamientos innecesarios a hospitales y facilitando un acceso más conveniente.

Entre los beneficios más destacados que los pacientes mencionan se encuentran:

• Comodidad y rapidez: el 48 % de los pacientes valoran positivamente la facilidad y rapidez con la que ahora pueden acceder a sus medicamentos.
• Menos desplazamientos: el 40 % de los encuestados mencionan como ventaja principal no tener que acudir al hospital.
• Proximidad y ahorro: la cercanía de las farmacias y el ahorro en transporte (22 %) también son factores clave.

En cuanto al impacto en el sistema sanitario, los farmacéuticos han valorado muy positivamente el seguimiento conjunto de los tratamientos, mejorando la adherencia y el uso racional de los medicamentos. El 100 % de los pacientes encuestados expresó su deseo de continuar con este modelo, destacando la mejora en la calidad de la atención sanitaria.

En definitiva, esta colaboración interprofesional no solo optimiza los recursos del sistema sanitario, sino que también ofrece un modelo asistencial más eficaz y humano. Con los canales de comunicación adecuados, este modelo colaborativo puede seguir expandiéndose, beneficiando a más pacientes en el futuro.

Bibliografía:

1. Estudio y valoración de experiencias de dispensación colaborativa de medicamentos de Diagnóstico hospitalario y Dispensación hospitalaria (DHDH) durante la COVID-19. Consejo General de Colegios Farmacéuticos. Octubre 2021.
2. Presentada la “Declaración de la Profesión Farmacéutica: Farmacia Comunitaria”. Consejo General de Colegios Farmacéuticos. Mayo 2018.
3. Papel del farmacéutico comunitario. Medicina y Salud. Universidad Europea. Junio 2022.
4. Farmacia Comunitaria. Consejo General de Colegios Farmacéuticos. 
5. El impacto económico y en salud de la práctica colaborativa entre farmacia hospitalaria y comunitaria. Panorama Actual del Medicamento (PAM). Marzo 2021. 
6. La Farmacia en 2022: 12 hitos de una profesión a la vanguardia sanitaria. Consejo General de Colegios Farmacéuticos. Diciembre 2022.
7. Granda Revilla J. Dispensación de medicamentos hospitalarios en la farmacia comunitaria: ¿nuevas vías de colaboración entre farmacéuticos? Marzo 2022.
8. Darias anuncia que la reforma de la Ley de Garantías contemplará la coordinación para la dispensación de medicamentos entre Farmacia Hospitalaria y Farmacia Comunitaria. Consejo General de Colegios Farmacéuticos. Junio 2021.
9. V Barómetro EsCrónicos 2019: Continuidad Asistencial. Informe de resultados. Plataforma de Organizaciones de Pacientes. 
10. La Dispensación Colaborativa en España entre servicios de Farmacia Hospitalaria y farmacias comunitarias, ejemplo de buena práctica para el Consejo Mundial. Consejo General de Colegios Farmacéuticos. Febrero 2023.
11. Informe de análisis sectorial 2022. World Pharmacy Council. Noviembre 2022.
12. Presentada la “Declaración de la Profesión Farmacéutica: Farmacia Comunitaria”. Consejo General de Colegios Farmacéuticos. Mayo 2018.