La incontinencia urinaria es una patología que afecta a millones de personas y uno de los factores desencadenantes es la vejiga hiperactiva. Conocer los principales aspectos relacionados con las causas, el diagnóstico y los tratamientos de la vejiga hiperactiva es clave para solucionar un problema prevalente y con bajo nivel de diagnóstico.
¿Qué es la vejiga hiperactiva?
La vejiga hiperactiva se produce cuando los músculos de la vejiga comienzan a contraerse de forma involuntaria, aunque el volumen de orina presente en la vejiga sea bajo. Según la Sociedad Internacional de Continencia (ICS), se define el síndrome de vejiga hiperactiva como un síndrome caracterizado por la presencia de urgencia miccional aislada o en combinación con otros síntomas, como incontinencia de urgencia, generalmente asociada a un aumento de la frecuencia miccional y nicturia, en ausencia de otra enfermedad demostrable.
Síntomas de la vejiga hiperactiva
El principal síntoma de la vejiga hiperactiva es la urgencia, la necesidad urgente y repentina de orinar que no se puede ignorar ni aplazar. Además de la urgencia, también existen otros síntomas o signos:
(https://semergen.es/files/docs/biblioteca/docConsenso/vejiga_hiperactiva.pdf)
- Incontinencia de urgencia. Pérdida de orina involuntaria por urgencia miccional.
- Frecuencia. Aunque la cantidad varía según cada persona, los expertos consideran que realizar más de 8 micciones al día indica orina frecuente.
- Nocturia. Cuando hay que levantarse más de 1 vez por noche es síntoma de vejiga hiperactiva o nocturia.
¿Cómo influye el síndrome de la vejiga hiperactiva en la calidad de vida?
El síndrome de la vejiga hiperactiva es un problema que deteriora significativamente la calidad de vida, impacta sobre el bienestar emocional y altera negativamente el día a día de las personas que lo sufren.
Las repercusiones pueden ser sociales, psicológicas, ocupacionales, domésticas, físicas o sexuales. Y aunque la gravedad dependerá de cada situación, en general se convertirán personas con baja autoestima, que sienten vergüenza y se aíslan.
La vejiga hiperactiva se relaciona con depresión, ansiedad, aislamiento social, trastornos del sueño, infecciones urinarias y disfunción sexual. https://www.aeu.es/UserFiles/files/GuiaVejigaHiperactivaAEU.pdf
Aproximadamente el 30 % de pacientes con vejiga hiperactiva tienen depresión o la han tenido.
Además, se ha demostrado que la vejiga hiperactiva se asocia a un mayor número de hospitalizaciones, caídas y fractura. De hecho, el síndrome de la vejiga hiperactiva asociado a incontinencia urinaria es una de las principales causas de los ingresos prematuros en las residencias.
Hasta un 26% de mujeres con urgencia urinaria sufren caídas y un 34% fracturas vertebrales.
Causas que provocan vejiga hiperactiva y factores de riesgo
Las causas de la vejiga hiperactiva pueden ser diversas, incluyendo factores neurogénicos, uroteliales, miogénicos o idiopáticos. Sin embargo, en la mayoría de los casos, su origen es multifactorial, siendo el factor neurogénico más común en personas mayores. El sistema nervioso central controla el tracto urinario inferior mediante reflejos complejos. Cuando las vías nerviosas que gestionan la vejiga se ven afectadas por enfermedades, traumatismos o cirugías, la función de la vejiga se altera, provocando contracciones involuntarias.
Causas neurológicas
Existen múltiples causas neurológicas, siendo las más frecuentes las lesiones medulares, esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson, Alzheimer o accidentes cerebrovasculares, entre otras. Asimismo, otras situaciones o trastornos relacionados con los nervios que inervan la vejiga también pueden causar daño neurológico:
- Diabetes.
- Consumo excesivo y prolongado de alcohol.
- Déficit de Vitamina B12.
- Cirugía de pelvis.
- Hernia discal o estenosis del conducto raquídeo.
Estilo de vida y factores adicionales
Además de las causas neurológicas, ciertos estilos de vida y condiciones físicas aumentan el riesgo de desarrollar vejiga hiperactiva:
- Edad avanzada: El riesgo aumenta considerablemente a partir de los 40 años.
- Estreñimiento
- Sobrepeso y obesidad
- Disfunción eréctil y depresión
- En las mujeres, el embarazo y el parto vaginal también son factores de riesgo.
Edad y género
La prevalencia de la vejiga hiperactiva aumenta con la edad. Aproximadamente un 30-40% de las personas mayores de 75 años están afectadas. Según el estudio EPIC, realizado en varios países europeos, la prevalencia en personas mayores de 18 años es del 11,8%, siendo similar entre hombres (10,8%) y mujeres (12,8%). Sin embargo, a partir de los 40 años, las mujeres presentan una mayor prevalencia, alcanzando un 25,6% en comparación con un 17,4% en hombres en España .
¿Cómo se diagnostica el síndrome de la vejiga hiperactiva?
El diagnóstico de la vejiga hiperactiva es clínico, pudiéndose diagnosticar en la gran mayoría de los casos sin tener que utilizar procedimientos diagnósticos demasiado complejos.
El diagnóstico de la vejiga hiperactiva se basa en los siguientes puntos básicos:
- Historia clínica detallada. Debe recoger el tipo, tiempo y gravedad de los síntomas y la presencia o no de incontinencia urinaria, diferenciando si es de urgencia, esfuerzo o mixta.
- Exploración y examen físico completo. Incluye exploración abdominal para detectar el aumento de volumen de la vejiga o la presencia de otras masas abdominales. En los hombres se recomienda realizar un tacto rectal y en las mujeres evaluar el estatus estrogénico y un posible prolapso de los órganos pélvicos.
- Análisis de orina. Sirve principalmente para descartar la presencia de infecciones o hematuria.
- Diario miccional. Mide la frecuencia y gravedad de los síntomas. Es una herramienta bastante fiable para medir el volumen miccional, la frecuencia urinaria y los episodios de urgencia e incontinencia.
- Cuestionarios de síntomas. Se utilizan para el cribado y clasificación de la incontinencia urinaria, así como determinar la calidad de vida de los pacientes.
- Residuo miccional y cultivo de orina. Se recomienda en situaciones de pacientes complicados.
¿Cómo se diferencia la vejiga hiperactiva de otros problemas urológicos?
El diagnóstico de la vejiga hiperactiva se realiza principalmente a través de síntomas y signos, lo que hace necesario excluir otras patologías que también muestran los mismos síntomas de urgencia (infecciones urinarias, prostatitis, hiperplasia benigna de próstata o cáncer de vejiga).
En relación al aumento de la frecuencia urinaria (diurna y nocturna), el diagnóstico diferencial de la nocturia debería incluir la poliuria nocturna, la disminución de la capacidad vesical nocturna o ambas situaciones.
- En relación a la poliuria nocturna, los volúmenes de las micciones nocturnas suelen ser normales o más grandes, a diferencia de la nocturia asociada a la vejiga hiperactiva donde el volumen miccional es más pequeño.
- El aumento de la frecuencia puede presentarse asociado a polidipsia y confundirse con la vejiga hiperactiva. Para distinguirla son útiles los diarios miccionales.
También es importante distinguir la vejiga hiperactiva del concepto de detrusor hiperactivo, caracterizado por el aumento de presión durante el llenado. Para identificar las contracciones involuntarias del detrusor hiperactivo en la fase de llenado, será necesario un estudio urodinámico.

Tratamiento de la vejiga hiperactiva
Las intervenciones no farmacológicas incluyen medidas higiénico-dietéticas y terapias conductuales, como el entrenamiento vesical y los ejercicios del suelo pélvico (ejercicios de Kegel). Estas estrategias requieren la participación activa del paciente para ser efectivas.
Tratamiento no farmacológico
Las intervenciones no farmacológicas incluyen medidas higiénico-dietéticas y terapias conductuales, como el entrenamiento vesical y los ejercicios del suelo pélvico (ejercicios de Kegel). Estas estrategias requieren la participación activa del paciente para ser efectivas.
Cambios en el estilo de vida y medidas higiénico-dietéticas
Un estilo de vida saludable es el primer paso para el manejo de la vejiga hiperactiva. Las recomendaciones incluyen:
- Reducción de peso: La obesidad aumenta el riesgo de incontinencia urinaria, por lo que perder peso reduce la presión sobre la vejiga.
- Reducción del consumo de cafeína: Limitar la ingesta de cafeína mejora los síntomas de urgencia y frecuencia.
- Control de la ingesta de líquidos: Beber con moderación puede reducir la frecuencia urinaria, pero es importante evitar la deshidratación.
- Tratamiento del estreñimiento: El estreñimiento ejerce presión sobre la vejiga y puede empeorar los síntomas urinarios.
- Abandono del tabaco: Fumar está relacionado con incontinencia grave.
Estas medidas no solo mejoran los síntomas, sino que también actúan como prevención a largo plazo.
Ejercicios y terapias conductuales
Las terapias conductuales son una alternativa efectiva y sin efectos adversos. Algunos métodos incluyen:
- Entrenamiento vesical: Ayuda a recuperar el control de la vejiga al programar las micciones de manera gradual, aumentando el tiempo entre ellas hasta alcanzar intervalos de 3-4 horas.
- Ejercicios del suelo pélvico (Kegel): Realizar contracciones controladas de los músculos del suelo pélvico varias veces al día durante 15-20 semanas ha demostrado mejorar la continencia.
- Biofeedback: Utiliza señales táctiles, visuales o auditivas para ayudar a los pacientes a tomar conciencia de la micción y fortalecer los músculos perineales.
Tratamiento farmacológico
Los tratamientos farmacológicos para la vejiga hiperactiva incluyen dos grupos principales de medicamentos:
- Antimuscarínicos: Estos medicamentos bloquean los receptores muscarínicos de la vejiga, reduciendo las contracciones involuntarias del músculo detrusor. Los fármacos más comunes incluyen tolterodina, solifenacina, oxibutinina, fesoterodina y cloruro de trospio. Aunque efectivos, los antimuscarínicos pueden provocar efectos secundarios como sequedad de boca, estreñimiento y visión borrosa.
- Agonistas β3-adrenérgicos: El mirabegrón es el representante de esta nueva clase de medicamentos, que relaja el músculo liso de la vejiga, aumentando el volumen de orina que puede almacenar y reduciendo la frecuencia de contracciones involuntarias. Es una opción útil para pacientes que no toleran los antimuscarínicos o que no han obtenido resultados con ellos.
Enfoque terapéutico escalonado
La mayoría de las guías clínicas recomiendan un abordaje escalonado, comenzando con tratamientos no farmacológicos por su eficacia y ausencia de efectos adversos. Estas medidas suelen implementarse entre 6 y 12 semanas, y si los síntomas persisten o afectan gravemente la calidad de vida, se puede añadir un tratamiento farmacológico.
En resumen, el tratamiento de la vejiga hiperactiva debe ser personalizado y gradual, avanzando desde las opciones menos invasivas hasta tratamientos más agresivos si es necesario.
Todos los tratamientos requieren una buena adherencia terapéutica para ser efectivos, aunque más del 50% de los pacientes abandonan el tratamiento debido a la falta de eficacia o efectos adversos. Es fundamental informar a los pacientes sobre las expectativas realistas del tratamiento y los posibles efectos secundarios.
¿Cómo prevenir el síndrome de la vejiga hiperactiva?
Prevenir el síndrome de la vejiga hiperactiva es posible adoptando ciertos hábitos saludables y cambios en el estilo de vida. Aunque no siempre se puede evitar por completo, especialmente en casos con causas neurológicas o de edad avanzada, implementar las siguientes recomendaciones puede reducir el riesgo y mejorar la salud de tu vejiga:
- Mantener un peso saludable: El sobrepeso y la obesidad están directamente relacionados con un mayor riesgo de incontinencia urinaria. Reducir peso puede disminuir la presión sobre la vejiga y mejorar el control de las micciones.
- Ejercicio regular: La actividad física no solo ayuda a mantener un peso adecuado, sino que también mejora la salud del sistema urinario. Los ejercicios de Kegel son especialmente efectivos para fortalecer los músculos del suelo pélvico y prevenir la incontinencia.
- Controlar la ingesta de líquidos: Mantener una correcta hidratación es importante, pero el consumo excesivo de líquidos, especialmente antes de dormir, puede incrementar los episodios de urgencia y nocturia.
- Reducir el consumo de cafeína y alcohol: Ambos son irritantes de la vejiga y su consumo excesivo puede aumentar la necesidad de orinar. Disminuir la ingesta de estas sustancias puede mejorar los síntomas de urgencia.
- Dejar de fumar: Fumar afecta la salud en general y está vinculado a la incontinencia urinaria severa. Abandonar el tabaco puede mejorar los síntomas urinarios y reducir el riesgo de desarrollar complicaciones asociadas.
- Prevenir y controlar el estreñimiento: El estreñimiento crónico ejerce presión sobre la vejiga y puede empeorar los síntomas de la vejiga hiperactiva. Mantener una dieta rica en fibra y una buena hidratación ayuda a regular el tránsito intestinal.
- Controlar enfermedades crónicas: Condiciones como la diabetes, que afectan los nervios que controlan la vejiga, deben manejarse adecuadamente para prevenir complicaciones en el tracto urinario.
- Ejercitar el suelo pélvico: Los ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico, como los de Kegel, ayudan a mejorar el control de la vejiga. Son fáciles de hacer y pueden integrarse en la rutina diaria para prevenir la incontinencia urinaria.
Adoptar estas medidas preventivas puede no solo reducir el riesgo de padecer el síndrome de la vejiga hiperactiva, sino también mejorar la calidad de vida de quienes ya lo padecen. Incorporar estos hábitos a diario es clave para mantener una vejiga saludable.
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