Trastornos urinarios en el paciente neurológico

Trastornos urinarios en el paciente neurológico

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Cuando las enfermedades neurológicas afectan a los mecanismos nerviosos que controlan la vejiga, se altera la transmisión de la información, provocando un mal funcionamiento de la vejiga. Esta alteración neurogénica provoca una gran variedad de trastornos que causan disfunción en la fisiología de la micción, con síntomas urinarios que pueden afectar tanto al tracto inferior, como a las vías urinarias superiores.

Los trastornos pueden producirse cuando se llena la vejiga o también en el momento de su vaciado.

  1. Durante el llenado de la vejiga: 
  • Capacidad vesical disminuida.
  • Incontinencia.
  1. Durante el vaciado: 
  • Retención urinaria.
  • Residuo postmiccional elevado.
  • Necesidad de prensa para el vaciado.
  • Disfunción miccional de vaciado, principalmente asociada a la edad.

El tipo de disfunción urinaria dependerá principalmente de la localización de la lesión neurológica. Para su diagnóstico, será necesario un examen físico y pruebas complementarias como son el residuo postmiccional, urodinamia o electromiografía, entre otras. 

La incontinencia urinaria, una señal para identificar enfermedades neurológicas no diagnosticadas

Es habitual que los problemas de incontinencia pasen desapercibidos en estos pacientes, ya que la enfermedad neurológica les provoca restricciones de movimiento y una menor sensibilidad. Sin embargo, cuando el paciente neurológico con incontinencia urinaria se consigue identificar y tratar correctamente, su calidad de vida mejora considerablemente, disminuyendo incluso la incidencia de infecciones genitourinarias.

En algunas ocasiones, como el diagnóstico de la disfunción urinaria es anterior a la propia enfermedad, ayudará a identificar el trastorno neurológico que lo ocasiona. Es decir, la incontinencia urinaria puede actuar como una señal para identificar una enfermedad neurológica todavía no diagnosticada.

Entre las enfermedades neurológicas más frecuentes se encuentran las lesiones medulares, esclerosis múltiple, parálisis cerebral o la enfermedad de Parkinson. En cada una de ellas, los síntomas neuro-urológicos dependerán principalmente de la extensión de la lesión neurológica y su localización.

En cuanto a las posibles complicaciones, las más comunes en estos pacientes son: 

  • Infecciones urinarias recurrentes.
  • Disfunción del vaciamiento vesical.
  • Estenosis uretral.
  • Enfermedad renal progresiva con daño irreversible.

Infecciones de orina en los pacientes neurológicos

La afectación neurológica dificulta la evacuación normal de la vejiga. Algunas veces no se vacía completamente, y en otras, los pacientes ni siquiera pueden orinar nada. 

En estos casos, el estancamiento de la orina favorece el crecimiento de bacterias, pudiendo causar infecciones en la vejiga. Además, los pacientes que utilizan sonda tienen más riesgo al ser una posible fuente de bacterias. Lo mismo ocurre cuando los pacientes que utilizan absorbentes no lo hacen correctamente, o no siguen los consejos y recomendaciones sobre los cuidados de la piel y la higiene corporal. 

Es importante controlar las infecciones, porque cuando no se tratan correctamente pueden derivar en problemas más graves relacionados con la función renal. De hecho, se calcula que hasta un 15% de estos pacientes pueden morir por una sepsis de origen urinario.

  • Detección de infecciones de orina en pacientes con vejiga neurógena 

Además de los problemas urinarios, los pacientes neurológicos también tienen afectada la sensibilidad y los movimientos, y por ello sus síntomas pueden ser diferentes a los de otras personas. 

Los síntomas más frecuentes son:

  • Fiebre.
  • Aparición o intensificación de incontinencia urinaria existente.
  • Aumento de la espasticidad (rigidez).
  • Malestar general o letargia.
  • Orina turbia con mal olor.
  • Molestias o dolor a nivel renal o vesical, incluso también abdominal.
  • Escozor en el momento de la micción.
  • Disreflexia autonómica (subida brusca de la tensión arterial y de la frecuencia cardiaca con sudoración). 

Cuando se sospecha que puede existir una infección de orina en estos pacientes, hay que realizar como mínimo un sedimento de orina, además de un cultivo para identificar el tipo de bacteria y posibles resistencias a los antibióticos.

Tratamiento de la vejiga neurógena

Aunque el tratamiento de la vejiga neurógena debe ser específico según el trastorno que presente cada paciente, los objetivos deben basarse en asegurar la protección de las vías urinarias, evitar la incontinencia urinaria y mejorar la calidad de vida.

  • En el caso de la incontinencia urinaria. Se tratan igual que los pacientes sin alteraciones neurológicas, pero sin olvidar que tienen más posibilidades de sufrir una retención después de cualquier tipo de tratamiento.
  • En el caso de retención urinaria o residuos altos. Será importante mantener un correcto vaciado de la vejiga que evite complicaciones infecciosas y funcionales, por lo que en muchos casos será necesario el cateterismo limpio intermitente (CLI). El sondaje no permanente se utiliza varias veces al día para vaciar la vejiga, permitiendo evitar complicaciones y proporcionando una mejor calidad de vida. En estos casos, la educación al paciente sobre esta técnica es esencial.
  • En las disfunciones miccionales de vaciado. El cateterismo limpio intermitente (CLI) permite a los pacientes mantener una vida activa y sin complicaciones. 

Destacar la importancia de que los pacientes con vejigas neurógenas sean tratados por equipos multidisciplinares formados por cirujanos urológicos, neurólogos, especialistas en rehabilitación física y médicos de atención primaria. 

Cómo mejorar la calidad de vida de los pacientes neurológicos con incontinencia urinaria

Es importante en estos casos mantener los músculos y las articulaciones en las mejores condiciones posibles. La fisioterapia pelviperineal puede ayudar a paliar los síntomas, mejorando su calidad de vida.

Además, las personas con incontinencia urinaria y en general todas las personas mayores, tienen la piel más frágil y son más vulnerables al deterioro de la integridad cutánea. Para evitar la progresión de las lesiones y prevenir complicaciones es muy importante el cuidado de la piel y el uso correcto de los absorbentes. 

Algunas recomendaciones para el cuidado diario de la piel y evitar la progresión de las lesiones:

  • Abordar la incontinencia de forma individualizada.
  • Mantener la piel limpia en condiciones óptimas con una higiene adecuada y marcando rutinas de aseo.
  • Cuidar la piel con productos hidratantes y protectores.
  • Evitar productos agresivos para la piel que contengan alcohol o desinfectantes. Evitar el uso de polvos de talco.
  • Estar atentos a una posible infección del tracto urinario y comprobar regularmente si hay signos de deterioro de la piel (enrojecimiento, picor, descamación). 
  • Facilitar la movilidad del paciente, el acceso al baño y evitar que permanezca en la misma posición durante mucho tiempo.

Recomendaciones en la elección y uso de los absorbentes:

  • Recomendar los absorbentes adecuados según cada paciente (tipo de incontinencia, talla, ajuste, etc.). Es un error utilizar absorbentes de talla excesiva para conseguir una mayor absorción, ya que no existe relación entre la talla y la capacidad de absorción. Además, aumenta el riesgo de fugas.
  • No utilizar dos absorbentes superpuestos pensando que proporciona una mejor protección. Lo único que se consigue es aumentar la temperatura, incrementar el riesgo de fugas, provocar infecciones y daños en la piel por la fricción. 
  • Recomendar que el cambio sea regular y solo cuando sea necesario.

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