Sanidad a examen: la opinión de profesionales y ciudadanía

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El Barómetro Sanitario 2025 destapa la brecha entre la experiencia ciudadana y la realidad de quienes sostienen el sistema desde dentro.

El Barómetro Sanitario 2025, publicado por el Ministerio de Sanidad junto al CIS, ofrece una fotografía compleja del sistema de salud español. Por un lado, la ciudadanía mantiene un nivel notable de confianza y satisfacción con los servicios que recibe. Por otro, los profesionales que lo sostienen desde dentro insisten en que la estructura está debilitada y reclama cambios de fondo. Dos miradas diferentes que coinciden en un punto esencial: mejorar el sistema para que funcione de forma justa, sostenible y eficaz.

¿Qué opina la ciudadanía?

El 53,9 % de la población considera que el sistema sanitario público “funciona bien” o “bastante bien”. Una percepción que se eleva hasta el 80 % entre quienes han utilizado el sistema en los últimos 12 meses.

Esto confirma una tendencia clara: quienes han tenido contacto directo con la sanidad pública tienden a valorarla mejor. La atención recibida es, en muchos casos, percibida como cercana, profesional y resolutiva, a pesar de los problemas que arrastra el sistema.Entre los servicios más valorados se encuentran las urgencias y los hospitales públicos, que alcanzan una nota media entre 7,2 y 7,4 sobre 10. También se reconoce el papel de la atención primaria, aunque en este caso la valoración desciende a 6,3 puntos, reflejando una mayor insatisfacción en un ámbito clave para el buen funcionamiento del sistema. Por el contrario, aspectos como las listas de espera o la demora para acceder a especialistas siguen generando críticas importantes entre la población.

“Cuando lo he necesitado, me han atendido muy bien. Hay cosas que mejorar, sí, pero yo confío en la sanidad pública.” (Declaración recogida en entrevistas ciudadanas del Barómetro Sanitario 2025)

¿Cuál es la visión interna del sistema sanitario?

Desde dentro, sin embargo, el panorama se percibe de otra forma. Profesionales de la sanidad pública, agrupados en organizaciones como la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), CESM o Amyts, advierten de una sobrecarga sostenida en muchos niveles del sistema.

“Sin una reforma profunda, corremos el riesgo de que el sistema colapse. No basta con aplaudir, necesitamos recursos, estabilidad y planificación.” (Valoración del Dr. Tomás Toranzo, presidente de CESM – Redacción Médica)

La atención primaria es uno de los ámbitos más tensionados: al envejecimiento del personal se suma la dificultad para cubrir vacantes, la presión asistencial diaria y una falta de financiación que impide implementar mejoras reales.

También en hospitales se detectan fallos de estructura: falta de camas, saturación de urgencias, demoras diagnósticas y dificultades para mantener plantillas estables. A ello se suma la precariedad laboral, especialmente entre profesionales jóvenes, y una planificación sanitaria que, según denuncian, sigue anclada en la respuesta reactiva en lugar de apostar por un modelo de anticipación y cuidado continuado.

“Muchos profesionales están al límite. Sin mejoras estructurales, la calidad está en riesgo” –FADSP.

En la misma línea, los sindicatos médicos recuerdan que “la vocación no puede seguir siendo el sostén principal del sistema”, y piden voluntad política para abordar los retos con una mirada a medio y largo plazo.

¿Cómo afrontamos el futuro sanitario?

A pesar de estas tensiones, el Barómetro Sanitario 2025 también refleja una base sólida sobre la que seguir construyendo; demostrando que, aunque existan desigualdades y desafíos estructurales, la sanidad pública sigue siendo un sistema valioso.

¿El reto? Escuchar más a quienes trabajan dentro para que el sistema no solo aguante, sino que mejore. Hay margen para actuar: reforzar plantillas, mejorar la coordinación entre niveles asistenciales, modernizar infraestructuras, simplificar la burocracia y, sobre todo, adecuar las reformas para que respondan a la realidad de los centros de salud y hospitales.

No partimos de cero: la experiencia positiva de las personas que acceden al sistema demuestra que hay un capital humano valioso y una estructura que, si se refuerza, puede seguir prestando atención sanitaria de calidad y con equidad. Con más inversión, voluntad política y planificación a largo plazo, la sanidad pública puede no solo mantenerse, sino evolucionar hacia un modelo más resiliente, humano y sostenible.

Fuentes:

  • Diario Médico – Barómetro Sanitario 2025
  • Ministerio de Sanidad – Informe completo del Barómetro Sanitario 2024 (PDF)
  • RTVE – Opinión pública sobre sanidad
  • Consalud.es – Reacciones al Barómetro Sanitario

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