Potencial investigador de las oficinas de farmacia

Potencial investigador de las oficinas de farmacia

La palabra investigar proviene del latín, in (en) y vestigare (indagar, seguir vestigios). Por ello, investigar se entiende como el proceso que permite obtener nuevos conocimientos utilizando el método científico.

Método científico

Se basa en la observación preliminar de un problema, seguido de la formulación de una hipótesis que explique provisionalmente el hecho, lo que conduce a una predicción, que se verificará o contrastará a partir de observaciones o experimentos, dando lugar a una teoría en los casos que sean positivos.

El farmacéutico como investigador

Un investigador no es un científico recluido en su laboratorio, investigador puede ser cualquier persona que esté en contacto directo con la práctica de su profesión, como, por ejemplo, el farmacéutico.

Los farmacéuticos conocen los medicamentos que dispensan, los pacientes que los toman y las causas para las que se administran, por ello, están en disposición de observar la realidad con visión crítica, plantear preguntas adecuadas y abordar proyectos de investigación relacionados con los medicamentos, productos sanitarios o cualquier proceso de atención farmacéutica.

Según la Ley de ordenación de las profesiones sanitarias, es consustancial al farmacéutico comunitario el desarrollo de funciones en el ámbito de la investigación.

Una atención farmacéutica basada en la identificación, resolución y prevención de los problemas relacionados con los medicamentos, marca la diferencia entre un farmacéutico tradicional y un profesional moderno que quiere adaptarse a las exigencias actuales de la ciencia y la sociedad.

Prevenir la morbimortalidad relacionada con los medicamentos debería ser el objetivo principal del farmacéutico, aunque ello pueda implicar tener que adaptarse a nuevos procedimientos y modificar la actual práctica farmacéutica. Es en el cumplimiento de este objetivo, donde se entiende la investigación científica como instrumento para descubrir áreas de mejora en el servicio que presta la farmacia a la población.

Modelos de investigación farmacéutica

A diferencia de otras profesiones como medicina, ingeniería, derecho o sociología, entre otras, en España tradicionalmente no ha existido la investigación aplicada a la práctica farmacéutica.

Hasta ahora, los modelos de investigación relacionados con la farmacia han estado asociados a las Universidades, entendiendo la Universidad como formadora de metodología, diseñadora de proyectos de investigación, o centro director de proyectos de investigación donde los farmacéuticos participan según diferentes niveles de implicación. Sin embargo, el futuro pasa porque sea la propia farmacia el centro promotor de los estudios clínicos.

En el actual escenario sanitario, donde los pacientes crónicos, polimedicados y con mayor esperanza de vida son los protagonistas de los cuidados sanitarios, las farmacias tienen acceso a la evidencia científica del paciente real gracias a su proximidad. Por ello, es fundamental que los farmacéuticos se involucren y empiecen a investigar y publicar, aunque se trate de pequeños trabajos difundidos en los congresos.

El farmacéutico es el profesional sanitario que está en primera línea, en contacto con muchos pacientes, lo que le permite tener acceso a información muy valiosa para el resto de agentes sanitarios. Por ello, es una figura ideal para llevar a cabo multitud de investigaciones de interés.

Algunos ejemplos interesantes de líneas de trabajo podrían tratar sobre la eficiencia en las actuaciones sanitarias, el trabajo en equipo entre médicos de Atención primaria y farmacéuticos, o la mejora de la calidad de vida de los pacientes.

Pero, para que los farmacéuticos puedan formar parte activa de los proyectos de investigación, es importante que conozcan las bases de la metodología científica, que sepan en qué tipo de proyectos participar, qué utilidad real y social van a tener y cuáles son sus posibilidades y limitaciones.

Las principales dificultades para poner en marcha proyectos de investigación farmacéutica son:

  • Falta de formación universitaria en investigación.
  • Escasa financiación. Dificultad de acceso a becas de investigación, poco interés de la industria, etc.
  • Falta de costumbre de publicar los trabajos que hacen las farmacias.·  Ausencia de una red robusta para dar cobertura a la investigación de las farmacias. 

En general, a diferencia de la farmacia hospitalaria que participa en multitud de estudios clínicos y publicaciones científicas al formar parte del Sistema de Salud, los farmacéuticos de oficina de farmacia tienen muy limitada la capacidad investigadora por no tener acceso directo a los fondos públicos destinados a la investigación.

La investigación en la farmacia, clave para el uso racional de los medicamentos

La farmacia es un lugar idóneo para los estudios de postautorización, ya que los pacientes están en un entorno más próximo y amigable que el que tienen en los ensayos clínicos, y sus respuestas suelen ser más sinceras.

Los estudios postautorización de tipo observacional con fármacos de uso humano permiten obtener información que los ensayos clínicos controlados no aportan. Por ello, son fundamentales para orientar la práctica clínica y favorecer el uso racional de medicamentos.

Objetivos de los estudios postautorización de tipo observacional con fármacos de uso humano:

  • Determinar los efectos beneficiosos del medicamento en condiciones de práctica clínica habitual, así como los factores modificadores de la misma (incumplimiento terapéutico, polimedicación, gravedad de la enfermedad, etc.).
  • Obtener nueva información sobre patrones de uso (dosis, duración del tratamiento, etc.).
  • Identificar y cuantificar los efectos adversos, así como establecer los posibles factores de riesgo.
  • Evaluar la eficiencia a través de los análisis farmacoeconómicos.·  Conocer los efectos desde la perspectiva de los pacientes (calidad de vida, satisfacción, etc.).

Al tratarse de trabajos rigurosos y objetivos, los resultados de los estudios postautorización pueden llegar a publicarse en revistas científicas nacionales e internacionales:

  • Estudios de cribado de patologías. Se trata de los estudios más punteros, aunque también destacan los de dispensación, indicación y seguimiento farmacoterapéutico. El riesgo cardiovascular y la diabetes son dos de los ámbitos que más interesan actualmente.
  • Estudios en farmacias como complemento de los ensayos clínicos. Estos estudios permiten obtener datos sobre el uso, efectividad y seguridad de los medicamentos en el entorno real, muy diferentes a los obtenidos en los ensayos clínicos. Por ello, desde la Administración se debería dar mayor protagonismo a las oficinas de farmacia para conseguir mejorar la atención de pacientes con patologías crónicas.
  • Eficiencia de la práctica asistencial del farmacéutico. Aunque se trata de estudios que requieren mucho trabajo para alcanzar un diseño de calidad, tienen la ventaja de ser muy válidos. Al incluir pacientes comunes, los resultados obtenidos se pueden extrapolar más fácilmente que los obtenidos en los ensayos clínicos.

Los expertos opinan que una parte importante de la investigación en las farmacias debe enfocarse hacia el diseño de procesos y herramientas cuyo objetivo sea facilitar la coordinación del farmacéutico con el resto de profesionales sanitarios, especialmente los médicos de Atención Primaria.

El rol del farmacéutico ha evolucionado significativamente durante los últimos años, estando cada vez más involucrado en las labores asistenciales, por su importante papel en el cuidado de los pacientes. En este sentido, se están poniendo en práctica muchos proyectos de investigación con farmacias.

Red de Investigación en Farmacia Comunitaria (RIFAC)

El Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos creó en 2011 la Red de Investigación en Farmacia Comunitaria (RIFAC), con el objetivo de promover la investigación clínica desde la oficina de farmacia, orientada a mejorar la calidad de vida de los pacientes y aumentar la eficiencia del sistema.

Principales objetivos de la RIFAC:

  • Promover el papel del farmacéutico como profesional sanitario de primera línea en colaboración con el resto de agentes del equipo multidisciplinar.
  • Evaluar la función del farmacéutico asistencial en la promoción de la salud y prevención de la enfermedad.
  • Colaborar con las Administraciones sanitarias en las estrategias de racionalización del gasto sanitario.
  • Evidenciar los beneficios que pueden aportar otros servicios sanitarios diferentes a la propia dispensación de medicamentos.
  • Promocionar la investigación y el desarrollo tecnológico en la oficina de farmacia.
  • Buscar financiación pública de proyectos específicos de investigación.

En general, son los pacientes crónicos, polimedicados y en situación de dependencia los colectivos prioritarios en los proyectos y actuaciones de promoción de la salud y prevención de la enfermedad.

Algunos ejemplos de investigaciones rigurosas realizadas en España que han demostrado resultados de salud muy interesantes con significación clínica y estadística son:

  • Proyecto AFADEP (Servicio de atención farmacéutica a personas dependientes). El proyecto demostró que la adherencia de los pacientes mejoró del 41,2% al 70,6% después de la intervención del farmacéutico.
  • Conocimiento y adherencia de los pacientes en tratamiento con Inhibidores de la Bomba de Protones (IBP). La intervención del farmacéutico demostró aumentar significativamente la adherencia, disminuir los problemas relacionados con la medicación y mejorar el resultado final del tratamiento.·  Programa ADHIÉRETE. Los servicios asistenciales prestados por las farmacias del estudio demostraron mayor adherencia, seguridad y efectividad de la medicación, así como mayor calidad de vida en pacientes mayores, crónicos, polimedicados e incumplidores.

Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, la investigación de la farmacia comunitaria cada vez está ganando más peso en el sistema sanitario. Las oficinas de farmacia deben poder formar parte activa de las investigaciones que se pongan en marcha.

Para ello, el farmacéutico necesita formación en epidemiología y diseño de protocolos de calidad para validar los resultados de los estudios. Y por su parte, la Administración también debe empezar a financiar estudios que permitan poner en marcha estrategias de prevención desde la farmacia. El farmacéutico comunitario tiene mucho que decir en temas relacionados con el ahorro sanitario y la mejora de los resultados de salud.

En definitiva, la investigación como nuevo servicio de la oficina de farmacia debe añadirse a los servicios clásicos de atención farmacéutica como la dispensación, indicación o seguimiento farmacoterapéutico. La evaluación de los resultados de salud representa un gran desafío que la investigación de la farmacia comunitaria debe afrontar más pronto que tarde.

Bibliografía

1. Curso de metodología básica de investigación en atención farmacéutica. Proceso racional de la investigación. Offarm. Vol. 24. Núm. 3. Marzo, 2005.

2. 15 retos para el presente y futuro de la farmacia comunitaria. Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC). 2016.

3. Gastelurrutia Garralda MA. Investigación en farmacia comunitaria. Farmacéuticos comunitarios 2010; 2 (1):3.

4. Cómo es la situación de la investigación en farmacia. Asefarma. Mayo 2020.

5. La investigación en la farmacia, clave para orientar la práctica clínica y favorecer el uso racional de los fármacos. El médico interactivo. Marzo 2015.

6. Farmacia asistencial. Proyectos de investigación. Investigación en farmacia comunitaria. Consejo General de Colegios de Farmacéuticos.7. González I. La investigación gana peso en la farmacia comunitaria. El Global. Septiembre 2012.

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