La telemedicina ha llegado para quedarse
Aunque la telemedicina ya se utilizaba desde hacía mucho tiempo en diversos ámbitos, ha sido a raíz de la pandemia cuando ha adquirido un verdadero protagonismo. Por ejemplo, se utilizaba en los centros penitenciarios para atender a los internos sin necesidad de salir del centro. También para personas de centros de inserción social, o que estando en casa, tenían problemas de drogadicción o trastornos mentales crónicos incapacitantes, entre otros.
La consulta presencial ha sido y sigue siendo muy importante tanto para la atención sanitaria, como para la relación médico-paciente, pero con el complemento de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC), se abre una nueva etapa para el funcionamiento del sistema sanitario.
Según la OMS, la telemedicina se define como la prestación de servicios de atención sanitaria a distancia, realizada por profesionales sanitarios que emplean las TIC para el intercambio de información para el diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades y heridas, investigación y evaluación, así como para la formación continuada de profesionales sanitarios, todo ello con el objetivo de mejorar la salud de la población y la comunidad.
Ventajas que ofrece el uso de las TIC en la atención sanitaria
- Mayor accesibilidad para personas que no pueden ir a las consultas por motivos de trabajo, horarios, localización, o para cuidadores de personas dependientes.
- Ahorro de tiempo y de costes asociados.
- Menos ausencias laborales.
- Reduce el tiempo medio de espera para acceder a las consultas de especialistas.
- Agiliza la resolución de problemas de baja complejidad y resuelve consultas sencillas.
- Facilita la comunicación y las interconsultas entre los profesionales sanitarios.
Barreras e inconvenientes de las TIC en la atención sanitaria
Normalmente las barreras y los inconvenientes de las TIC derivan de la escasa adaptación y de la dificultad para implementar nuevas herramientas y medios en el ámbito digital. Algunos de los inconvenientes son:
- Difícil interpretación de la información por ausencia de comunicación no verbal en las consultas telefónicas.
- Riesgo de duplicación de consultas (telefónica y presencial) y mayor carga de trabajo cuando no hay organización.
- Falta de formación en competencias digitales para el uso eficiente de las nuevas tecnologías.
- Brecha digital y posible desplazamiento de algunos pacientes fuera del sistema por no tener acceso a las nuevas tecnologías (personas con problemas auditivos, cognitivos, psiquiátricos, personas mayores, dependientes, núcleos rurales, extranjeros, etc.).
- Pérdida de teleconsultas y videoconsultas planificadas por falta de sincronización en las agendas de profesionales y pacientes.
- Potenciales problemas de ciberseguridad y confidencialidad.
Tipos de telemedicina
La telemedicina se entiende como la prestación de servicios médicos a distancia. Hablamos de teleconsulta (llamada telefónica) o videoconsulta, según el contacto con el paciente sea solo con audio, o con audio y video, respectivamente.
Al mismo tiempo, la consulta puede ser a tiempo real y estar sincronizada cuando los pacientes y profesionales interactúan en el mismo momento, o en tiempo no real (asincrónica), cuando el paciente almacena o envía la información para que posteriormente el profesional la valore y conteste mediante correo electrónico, chats, etc.
Los tipos de telemedicina que existen son:
- Teleconsulta y videoconsulta. Interacciones no presenciales entre profesional sanitario y paciente por un problema de salud, a través de una llamada telefónica, o mediante una aplicación móvil, ordenador o tablet.
- Monitorización. Registro de parámetros biométricos (glicemia, hipertensión, peso, etc.) para el control de pacientes crónicos, a través de dispositivos médicos. Los dispositivos pueden estar conectados a una plataforma digital para facilitar la comunicación y su posterior evaluación.
- Almacenamiento y envío. Se trata de almacenar datos médicos para su posterior envío y evaluación a distancia. Los datos médicos almacenados se podrán consultar en un portal de salud cuando los profesionales y pacientes lo deseen.
El colectivo de pacientes crónicos es uno de los más beneficiados por la telemedicina. La monitorización de parámetros clínicos permite reducir el número de consultas.
En función del motivo de la consulta, posteriormente se podrá generar una consulta presencial en el centro de salud, en el domicilio, o realizar otras peticiones o actuaciones vinculadas a la consulta.
Los expertos coinciden en que el uso de la telemedicina tiene un impacto positivo sobre la salud de los pacientes. Se observan mejores resultados clínicos, mejor seguimiento por parte de los profesionales de salud y un beneficio general, tanto para pacientes como para profesionales.
Teleconsultas médicas
La teleconsulta o consulta telefónica es aquella que se realiza solo con audio mediante una llamada telefónica.
Con la irrupción de la pandemia y la necesidad de minimizar el riesgo de contagios, la mayoría de las visitas presenciales se sustituyeron por llamadas telefónicas. En aquel momento, los profesionales estaban poco entrenados en la atención telefónica y se produjeron errores, retrasos diagnósticos y fragmentación de la continuidad asistencial, con la consiguiente insatisfacción de profesionales y pacientes.
Sin embargo, las consultas médicas telefónicas bien implementadas suponen un aumento de la eficiencia del servicio sanitario. Un gran porcentaje de las demandas se resuelven sin necesidad de acudir a los centros sanitarios, siendo la consulta médica o el consejo sanitario la respuesta más adecuada en muchas situaciones.
El servicio de teleconsulta médica permite obtener una respuesta más rápida y efectiva, evitando desplazamientos innecesarios.
Los servicios de teleconsulta médica pueden ofrecer información general sobre muchos aspectos:
- Urgencias médicas.
- Enfermedades y síntomas.
- Medicina general, pediatría y ginecología.
- Uso de fármacos.
- Vacunación.
- Pruebas diagnósticas e intervenciones.
- Interpretación de análisis clínicos.
- Medidas de prevención, consejos y recomendaciones.
Concretamente, en los centros de salud con escasez de recursos y en los hospitales rurales, las consultas telefónicas son muy útiles para atender a más pacientes, sin que nadie tenga que desplazarse de un área a otra.
En general, las teleconsultas ofrecen una calidad de atención comparable a la videoconsultas, incluso en determinadas situaciones utilizar menos tecnología puede aportar ventajas, sobre todo en personas mayores, con discapacidad visual, pacientes con ingresos limitados o sin recursos digitales. También en aquellos casos donde el contacto visual genere ansiedad o vergüenza.

Videoconsultas médicas
La videoconsulta es uno de los tipos de telemedicina que más se ha desarrollado durante los últimos años, sobre todo gracias a los avances en la conectividad y el uso generalizado de teléfonos y aplicaciones móviles.
Las videoconsultas ofrecen mucha más información que las visitas telefónicas, gracias al contacto visual. Facilita la comunicación y la posibilidad de hacer una inspección visual de los pacientes, ver su estado general, identificar la medicación, incluso examinar la presencia de edemas en las extremidades inferiores, o comprobar el esfuerzo respiratorio, entre otros. También la videoconsulta ha demostrado ser más efectiva que la llamada telefónica en determinados trastornos, como en casos de depresión o en trastornos de salud mental.
Además, el modelo de asistencia por videoconsulta abre la puerta y representa una buena oportunidad para la educación sanitaria. De hecho, que el paciente sea protagonista de su autocuidado obliga de forma indirecta a los profesionales sanitarios a innovar y dar respuesta a una nueva demanda asistencial.
Algunas limitaciones de las videoconsultas son:
(https://revista.agamfec.com/wp-content/uploads/2021/01/Agamfec_26_3-Para-saber-mais-Videoconsulta.pdf)
- En las situaciones que requieran un examen físico detallado.
- Para primeras consultas de pacientes no conocidos.
- Pacientes gravemente enfermos.
- Personas con deterioro cognitivo o estados confusionales que impidan usar la tecnología.
- Personas con dificultad de acceso a la tecnología o escasa formación para poder usarla.
- En ausencia de plataformas tecnológicamente adecuadas que no garanticen la confidencialidad y seguridad necesarias para hablar de temas de salud y enfermedades.
El papel de enfermería en las videoconsultas
Se ha demostrado que las videoconsultas estrechan las relaciones entre pacientes y enfermeras, derivando en una mayor implicación y participación del paciente en su autocuidado.
Las videoconsultas realizadas por enfermeras de Atención primaria es particularmente relevante en las tareas de seguimiento de pacientes crónicos, exploración física, valoración de heridas y en los cuidados del final de la vida.
- Pacientes hipertensos. Las videoconsultas permiten monitorizar los signos vitales, valorar los factores de riesgo y promocionar la educación sanitaria para mejorar la adherencia al tratamiento.
- Úlceras del pie diabético. Las videoconsultas permiten el seguimiento multidisciplinar en tiempo real de las úlceras de pacientes con pie diabético.
- Cuidados al final de la vida. El apoyo y asesoramiento remoto a través de las videoconsultas resulta un servicio muy valioso para pacientes y familiares, evitando incluso casos de reingreso hospitalario.
Más de la mitad de los españoles están a favor de las videoconsultas en Atención primaria
La telemedicina es y será una herramienta muy útil para los profesionales de Atención primaria, pero también es imprescindible disponer de los recursos y las habilidades competenciales necesarias para poder aprovecharla al máximo.
Además, no se puede obviar que existe un debate en torno a su implementación. A las ventajas que supone aligerar las listas de espera, evitar los desplazamientos y desburocratizar las consultas presenciales, no hay que olvidar el problema que puede conllevar el distanciamiento con los pacientes. De hecho, si algo caracteriza a la Atención primaria es su cercanía y proximidad con los pacientes.
La telemedicina es una oportunidad para replantear la atención sanitaria, pero es imprescindible saber cuándo y cómo usar las nuevas tecnologías disponibles.
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