Salud mental y bienestar del personal de enfermería. Consejos para la gestión del estrés y el agotamiento.

Salud mental y bienestar del personal de enfermería. Consejos para la gestión del estrés y el agotamiento.

El personal de enfermería es testigo directo del sufrimiento humano y, en consecuencia, se enfrenta a un entorno laboral adverso, estresante y a menudo poco gratificante.

La importancia de la salud mental en el personal sanitario

Según la OMS, alrededor de 300 millones de personas en todo mundo sufren depresión, y 1 de cada 4 personas tendrá algún problema de salud mental a lo largo de su vida. Se trata de cifras muy alarmantes, que en el ámbito laboral repercuten debilitando la productividad y la integridad del personal.

Aunque las enfermeras y el colectivo sanitario tengan la capacidad de salvar vidas, ante determinadas situaciones y factores de estrés laboral, les acaba afectando negativamente a la salud física y mental, con un alto riesgo de desarrollar el conocido Síndrome de Burnout, tanto en Atención primaria como en Atención especializada.

El personal de enfermería es un colectivo expuesto a altos niveles de ansiedad y estrés laboral.

El estrés laboral se define como un conjunto de reacciones físico-cognitivas, conductuales y emocionales a determinadas condiciones o estados adversos, nocivos o tóxicos que están presentes en la organización y en el entorno que rodea al mundo laboral.

La ansiedad, depresión y desesperación pueden atacar cuando uno menos se lo espera.

Las causas del estrés en los profesionales sanitarios pueden variar según cada persona, sin embargo, existen algunos aspectos comunes que pueden evitarse y ser objeto de prevención:

  • Carga de trabajo. Trabajar muchas horas, turnos excesivos, pocos descansos o manejar una carga de trabajo muy pesada.
  • Funciones en el trabajo. Cuando los roles no están definidos, se tienen demasiadas funciones o se reporta a más de una persona.
  • Condiciones laborales. Trabajos físicamente extenuantes o peligrosos, estar expuesto a ruidos fuertes, contaminación o a químicos tóxicos.
  • Gerencia/ Dirección. Cuando el personal no está involucrado en la toma de decisiones, falta de organización o no existen políticas que ayuden a conciliar la vida laboral y familiar.
  • Conflictos. La forma de resolver los problemas bajo un determinado criterio. 
  • Miedo al futuro. Cuando existe preocupación por despidos o no existe posibilidad de promoción profesional.

En general, se ha demostrado que los niveles de estrés se disparan cuando los trabajadores tienen una mínima influencia sobre las condiciones laborales, están sometidos a sistemas profesionales autoritarios muy exigentes o carecen de apoyo social.

El estrés laboral continuado en el tiempo puede provocar enfermedades.

Las situaciones intensas, repetitivas y crónicas pueden derivar en enfermedades físicas o psíquicas, que en ocasiones incluso pueden acabar en la muerte de la persona.

Las principales consecuencias físicas y psicológicas del estrés son:

  • Obesidad y sobrepeso. El constante estrés favorece la ingesta de alimentos altamente calóricos.
  • Trastornos cardíacos. Aumenta la frecuencia cardíaca, respiratoria y la tensión arterial. El riesgo cardiaco se incrementa considerablemente en situaciones de estrés, aumentando los niveles de adrenalina y noradrenalina en sangre, lo que favorece el aumento de la tensión arterial y la frecuencia cardiaca.
  • Trastornos gastrointestinales. Las situaciones de estrés mantenidas en el tiempo pueden alterar el sistema digestivo, aumentando el pH estomacal y la producción de ácidos gástricos, derivando en úlceras, indigestión o malestar.
  • Trastornos dermatológicos. Los altos niveles de cortisol secundarios al estrés aumentan la producción de grasas corporales, facilitando la aparición de acné o dermatitis seborreica.
  • Alopecia. El estrés debilita los folículos pilosos.
  • Contracturas y temblores musculares.
  • Problemas de sueño o pesadillas.
  • Problemas de atención, concentración y memoria.
  • Depresión. El desgaste físico y mental favorecen los pensamientos negativos y los sentimientos de tristeza, miedo e irritabilidad.

Consejos para cuidar la salud mental del personal de enfermería

Resulta paradójico que la principal función de enfermería sea la promoción del autocuidado de los pacientes, cuando apenas existen estudios que traten sobre el propio cuidado de las enfermeras, anteponiendo muchas veces el bienestar del paciente al suyo propio.

Recomendaciones generales para la gestión del estrés:

  • Elaborar una lista con todas las tareas a realizar. Jerarquizarlas según prioridad y marcar un horario para todo el día con la intención de cumplir con las expectativas.
  • Vigilar la postura corporal. Controlar periódicamente que el cuerpo esté bien apoyado. La postura corporal suele ser un indicativo de estar tenso.
  • Consumir alimentos ricos en vitaminas y minerales. Limitar la toma de cantidades excesivas de estimulantes y toxinas, como cafeína, alcohol, tabaco y dulces.
  • Realizar breves descansos a lo largo del día. Se recomienda realizar sesiones breves de relajación, de estiramiento o de respiración profunda durante dos o tres minutos cada hora.
  • Descansar el tiempo necesario para recuperar energía.
  • Reducir las cosas que resultan estresantes y potenciar las relajantes. Luz adecuada, aire fresco y limpio, asientos saludables y cómodos, poco ruido, mucho orden, etc.
  • Hablar y compartir con otras personas. Poder verbalizar los pensamientos y las situaciones vividas con otros compañeros ayuda a desahogarse. Se recomienda evitar las críticas destructivas.
  • Liberar las emociones reprimidas. Practicar algún deporte o pasatiempo permite liberar la adrenalina.
  • Desconectarse como mínimo dos veces al día. Se recomienda música, un buen libro, un programa de televisión o técnicas de relajación.
  • Realizar ejercicio regularmente. De 10 a 15 minutos de ejercicio físico moderado al día, o tres sesiones de 20 minutos de ejercicio más fuerte cada semana.
  • Técnicas de relajación profunda. Se recomienda un mínimo de 20 minutos a la semana (relajación, sauna, masaje, baño de aromaterapia).
  • Planear actividades diversas para los espacios de ocio.
  • Buscar apoyo familiar y social evitando el aislamiento. Repartir otras responsabilidades en casa o a nivel familiar.
  • Evitar el exceso de información negativa sobre enfermedades al salir del trabajo.

Además, desde las propias instituciones sanitarias también se deben promover intervenciones que ayuden a los profesionales de enfermería a amortiguar y minimizar las consecuencias negativas del estrés laboral, y en consecuencia mejorar su práctica clínica habitual. Para ello, es fundamental fomentar la prevención desde la propia organización.

Las medidas preventivas más eficaces en el ámbito laboral son:

  • Describir claramente la tarea asignada del profesional.
  • Dejar tiempo suficiente para la realización del trabajo marcado.
  • Gratificar cuando se logren los objetivos marcados.
  • Favorecer la comunicación vertical ascendente y descendente.
  • Implicar a la persona en la gestión a desarrollar, facilitando que pueda manifestarse en relación a posibles sugerencias y quejas.

Otras medidas que también pueden mejorar considerablemente el enfrentamiento del sujeto con su día a día son:

  • Ajustar las cargas de actividad a las capacidades y recursos de cada persona.
  • Minimizar los riesgos físicos.
  • Diseñar tareas que puedan ser estimulantes.
  • Permitir que los trabajadores se involucren en las decisiones que les afectan.
  • Definir con claridad la tarea-responsabilidad, evitando en todo momento la ambigüedad y fomentando la interacción social.

Estrategias de afrontamiento

Una vez que el profesional identifica una situación como amenazante, la aparición de síntomas de estrés laboral dependerá de la eficacia de las acciones que se pongan en marcha para hacer frente a dicha amenaza. Estas acciones reciben el nombre de estrategias de afrontamiento, cuyo objetivo es recuperar el equilibrio entre la persona y su entorno.

Las estrategias de afrontamiento actúan como mediadoras entre el estrés percibido y sus consecuencias negativas.

El afrontamiento se entiende como el proceso por el que el profesional sanitario intenta manejar la discrepancia que existe entre las demandas que le exige la situación y los recursos de los que dispone o cree disponer.

Los esfuerzos de cada persona por afrontar una determinada situación o problema pueden ser muy diferentes. Incluso pueden no ser la solución, sino que simplemente le ayuden a cambiar la percepción de la situación, aceptarla, escapar de ella, o incluso evitarla.

Los tipos básicos del afrontamiento del estrés son:

Afrontamiento negativista

  • Nula conciencia de la existencia de problemas.
  • No existe una movilización hacia la búsqueda de soluciones

Afrontamiento autoeficaz

  • Presentan un alto concepto de su eficacia.
  • Conocen conductas adecuadas que les permiten enfrentarse al problema de forma operativa.
  • Buscan conocer la situación de manera plena.

Afrontamiento autorreferente

  • Marcada preocupación por los signos de activación

            (taquicardia, sequedad de boca, etc.)

  • Rumiadores en lo referente al problema existente. Ideas y sentimiento de inutilidad.
  • Considerable preocupación por su situación, mostrando una constante comparativa con otras personas.

Conocer el tipo de afrontamiento permite que cada persona sea consciente de los recursos, herramientas y capacidades de los que dispone para afrontar las circunstancias y situaciones laborales más estresantes.

Identificar las debilidades y fortalezas puede evitar un mal desempeño del trabajo siempre y cuando se reciba el apoyo pertinente.

Actualmente, la salud mental y el bienestar emocional representa una de las cuestiones que más preocupa a los gobiernos de todos los países. Trabajar la salud mental y los riesgos relacionados con ella es una prioridad que hay que tener en cuenta en todas las instituciones y organizaciones médicas. Solo cuidando a nuestros médicos y enfermeras, tendremos a alguien que cuide de nosotros en el futuro.

Bibliografía

1. Consejos para cuidar la salud mental de las enfermeras. ConSalud. Marzo de 2020.

2. La importancia de la salud mental en el personal sanitario. Ediciones ROL. Revista de enfermería.

Julio 2023.

3. Arrogante O. Estrategias de afrontamiento al estrés laboral en Enfermería. Metas Enfermería.

Diciembre 2016/enero 2017; 19(10): 71-76.

4. Megías-Lizancos F., Castro-Molina F.J. Manejo del estrés en profesionales sanitarios. Difusión

avances enfermería (DAE). Editorial. 2018.

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