La relación médico-paciente ha cambiado mucho durante los últimos años. Se ha pasado de una actitud casi paternalista por parte del médico, a un empoderamiento del paciente gracias a que la información médica está al alcance de todos. La formación sanitaria de la población es mucho mejor actualmente y los pacientes se consideran más empoderados a la hora de tomar sus propias decisiones vitales. De hecho, los expertos opinan que el mejor acceso a la información por parte del paciente, debe servir para potenciar el papel del médico.
Sin embargo, los problemas de salud íntimos, como la incontinencia urinaria, todavía son difíciles de afrontar por tratarse de temas embarazosos que generan sentimientos de vergüenza en las personas que lo sufren. En estos casos, es fundamental generar una relación de confianza con el paciente para que se sienta cómodo en la consulta y pueda preguntar todo lo que necesite.
Y es que, una buena comunicación medico-paciente ayuda a generar confianza, complicidad, respeto y seguridad, facilitando la orientación diagnóstica, la mejoría terapéutica y una mayor adherencia al tratamiento.
En realidad, las palabras son una parte fundamental en medicina. La comunicación nunca debería suponer una barrera en la relación del médico con el paciente.
La comunicación, la escucha y la palabra deben entenderse como armas terapéuticas.
Sin embargo, algunos profesionales de la medicina no son conscientes, y los que sí lo son, a menudo no tienen toda la formación y el conocimiento para poder ponerlo en práctica. Es importante que los profesionales sanitarios tengan formación específica sobre comunicación para que puedan valorar otros aspectos que también intervienen en la vida de las personas, como los factores psicológicos, económicos o sociales, ya que influyen enormemente en el estado de salud de los pacientes y en sus enfermedades.
Con una comunicación clínica de mayor calidad se consiguen mayores logros y progresos a todos los niveles. De hecho, cada vez se le da más importancia a la llamada “Medicina basada en la afectividad”, donde el médico debe poner en práctica sus habilidades en el campo de la comunicación.
Estrategias para mejorar la comunicación médico-paciente
Cuando se habla de la humanización del sistema sanitario, es importante saber que no solo se trata de cuidar el entorno o el aspecto físico de las consultas médicas, fundamentalmente se trata de escuchar y entender a los pacientes, comprenderlos e incluso consolarlos si fuera necesario.
Hay que poner en valor la humanización de la medicina en todas sus facetas, también en lo relacionado con el lenguaje y la comunicación médico-paciente.
La clave de una buena comunicación es adaptar el mensaje según las capacidades que tenga cada persona, llegando de la mejor forma posible a generar confianza y transmitir seguridad y esperanza al paciente. En definitiva, la comunicación médico-paciente debe ser un diálogo, una conversación bidireccional sustentada en la confianza.
Recomendaciones en la comunicación médico-paciente:
- Escuchar: Sin escuchar es imposible sentir empatía. Hay que dejar hablar al paciente para conocer bien sus circunstancias personales y sociales, así como sus temores y dudas. A continuación, ya se le puede preguntar, siempre en un clima de confianza y cercanía, para obtener de ellos toda la información necesaria para la toma de decisión final. Las preguntas que se le hagan deben estar dirigidas a identificar los problemas y a lograr un entendimiento.
- Utilizar un lenguaje accesible: Evitar el lenguaje demasiado técnico para que el paciente entienda bien la información que está recibiendo, preguntar si lo ha entendido y hacérselo repetir si notamos que está perdido.
- Evitar los anglicismos y la interferencia de otros idiomas. En caso de utilizarlos, se deben explicar bien y asegurarse que se ha entendido el mensaje.
- Ser asertivo. La labor del profesional sanitario no consiste en buscar culpables, se trata de ayudar a los pacientes a comprender sus enfermedades, los problemas derivados de ellas y los tratamientos más adecuados.
- Saber manejar la incertidumbre y estar atento frente a las señales de alarma que muestren los pacientes.
- Remarcar y repetir las recomendaciones o advertencias más importantes para fomentar el correcto entendimiento. Es recomendable que el paciente se vaya con uno o dos mensajes clave como resumen de la consulta.
- Comunicación por fases: La buena comunicación debe establecerse por fases a partir del primer día que se conoce al paciente. No se necesita la misma actitud en una primera visita, que cuando se le prescribe el tratamiento.
- Ser franco en la mirada, hablar cara a cara con tranquilidad, sencillez y claridad, mostrando comprensión y utilizando un lenguaje verbal basado en la persuasión.
- Promover que la relación sea recíproca.El paciente también debe ser capaz de transmitir sus inquietudes al médico.
Muchos expertos destacan el poder de la palabra en el ejercicio de la medicina. El paciente suele salir más aliviado de la consulta por lo que dice y cómo le habla el médico, que por el propio diagnóstico o el tratamiento en sí.
La importancia del lenguaje no verbal
En la relación médico-paciente no solo interviene el habla, hay que saber combinarlo con el lenguaje no verbal de forma apropiada.
La comunicación no verbal se considera un lenguaje complementario a las propias palabras. Está formado por los gestos, las posturas o las miradas que se utilizan consciente o inconscientemente para expresar estados de ánimo o sentimientos.
Su importancia es tan grande, que en una comunicación cara a cara, el componente no verbal es aproximadamente del 65% (gestos, movimientos, señales, etc.), frente al 35% correspondiente a la comunicación verbal. Es por ello que la comunicación no verbal es la que transmite más información.
En el lenguaje no verbal se distinguen tres áreas fundamentalmente:
- El significado de los movimientos, miradas, gestos o posturas, como cruzar las piernas, fruncir el ceño o entrelazar las manos. La ciencia que lo estudia se llama kinesia o kinesis.
- Los aspectos no semánticos del lenguaje: el tono de voz, el ritmo o velocidad al hablar, el volumen de la voz, los silencios y los timbres (agudo, grave…). La ciencia que lo estudia se llama paralingüística.
- La distancia personal que necesitamos para sentirnos seguros, que dependerá según los interlocutores y las circunstancias en cada caso. La proxémica analiza y estudia todo lo relacionado con el espacio personal o el espacio que nos rodea.
El lenguaje no verbal cumple diferentes funciones, entre las que se destacan:
- Enfatizar el lenguaje verbal. Con la comunicación no verbal se puede repetir lo que se dice verbalmente. Por ejemplo, mover la mano a la vez que decimos adiós enfatiza lo que estamos expresando con palabras.
- Expresar sentimientos y emociones. Comunicar por ejemplo estados de tristeza o alegría.
- Sustituir palabras. Los actos no verbales pueden sustituir a las palabras cuando hacemos un gesto y no decimos nada. Por ejemplo, cuando alguien nos pregunta dónde se encuentra algo y señalamos con el dedo sin hablar.
- Orientar cómo interpretar el mensaje hablado. Un mismo contenido puede interpretarse de diferentes maneras según el volumen, el tono de voz, o los gestos realizados.
El lenguaje no verbal no debe contradecir la comunicación verbal. Las señales no verbales deben ser coherentes con lo que decimos para que el mensaje se codifique de forma correcta y precisa.
Debido a la importancia que tiene la comunicación médico-paciente, es necesario seguir aprendiendo y avanzando en este campo para mejorar la calidad asistencial. El estudio del lenguaje y las técnicas de comunicación deben integrarse y formar parte del día a día de las consultas.
En la detección de la incontinencia urinaria esta comunicación es clave: el propio paciente es el que explica los síntomas de la IU y el profesional sanitario es el que debe hacer preguntas para recabar información y saber más acerca de las circunstancias, la frecuencia y los factores desencadenantes. La comunicación y la tipología de pacientes son unos de los puntos que se abordan en nuestro Curso Acreditado Online sobre Incontinencia Urinaria. No pierdas la oportunidad de conocer más sobre la IU y conseguir créditos con esta formación gratuita para profesionales sanitarios.
Bibliografía:
- Claves en la comunicación médico-paciente. El médico interactivo. Noviembre 2020.
- Casos clínicos en Atención Primaria. Sociedad Andaluza de Medicina Familiar y Comunitaria (SAMFyC). Fundación Sociedad Andaluza de Medicina Familiar y Comunitaria (Fundación SAMFyC). JART 2017.
- Técnicas de comunicación con los pacientes, una asignatura pendiente para algunos médicos. Infosalus. Julio 2019
- La Relación Médico Paciente Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Organización médica colegial de España (OMC). Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM). 2017
- La comunicación no verbal. Unidad 4. McGraw-Hill. Disponible en: https://www.mheducation.es/bcv/guide/capitulo/8448175743.pdf