La cirugía para la incontinencia urinaria ha avanzado enormemente y se han creado técnicas eficaces y seguras. Lo más probable es que a tus pacientes no les apetezca operarse, y como ya sabrás los procedimientos quirúrgicos se reservan solo para ciertos casos. Hoy destacaremos a través de esta publicación como la fisioterapia es el tratamiento de primera elección dado su alto porcentaje de éxito. Veamos cuáles son las particularidades de estas dos opciones y en qué situaciones es conveniente aplicarlas.
Casos en los que la fisioterapia ayuda con la incontinencia urinaria
La incontinencia tiene una elevada prevalencia, pues afecta a más de seis millones de españoles y la observamos en ambos sexos y a cualquier edad. La fisioterapia, como conjunto de técnicas terapéuticas no invasivas que se basa en medios físicos, tiene mucho que ofrecer si es leve o moderada. De hecho, esta es la primera medida que se aplica antes de pensar en la cirugía para la incontinencia urinaria.
El fisioterapeuta pélvico es el especialista que la diagnostica y la trata, además de proporcionar información y educación al paciente. Este profesional emplea recursos muy efectivos, entre los que figuran los siguientes:
- Fortalecimiento de la musculatura periuretral y del suelo pélvico mediante ejercicios de Kegel, fundamental para controlar la incontinencia de esfuerzo.
- Entrenamiento de la vejiga, ajustando los hábitos de la micción para aumentar la capacidad vesical y reducir la urgencia.
- Gestión de las presiones intraabdominales para evitar que se enfoquen en la pelvis.
- Estimulación eléctrica en los casos que hay hiperactividad del músculo detrusor. Su objetivo es inhibir el reflejo que causa la contracción y normalizar la hipersensibilidad.
- Biorretroalimentación para devolver la consciencia en las etapas del proceso de la micción, a fin de poder controlarlas.
Recuerda que cuando recomiendes estas medidas a tus pacientes, debes hacer hincapié en que su éxito se debe a la suma de pequeños esfuerzos repetidos día tras día, que solo podrán mejorar con tiempo y persistencia. Para ayudarles también puedes recomendarles ciertas ayudas para minimizar el impacto de la incontinencia en su vida cotidiana.
Uno de estas ayudas puede ser la prescripción o recomendación de protectores absorbentes adecuados para cada tipo de incontinencia. En Ontex disponemos de todas las tallas y absorciones para cualquier grado de incontinencia, absorbentes que están pensados y creados para el amplio espectro de pacientes incontinentes.
¿Cuándo se necesita cirugía para la incontinencia urinaria?
Un tratamiento conservador puede no ser todo lo eficaz que se espera en las incontinencias más severas. En estos casos, la cirugía para la incontinencia urinaria es una opción que puedes plantearle a tu paciente si, a pesar de la fisioterapia, este problema sigue afectando su calidad de vida. Para ello, es muy importante realizar un diagnóstico preciso, ya que como sabes los procedimientos quirúrgicos no curan todos los tipos de incontinencia. Por ejemplo, la vejiga hiperactiva necesita otra clase de tratamientos.
En la incontinencia femenina
Las mujeres sufren de incontinencia por debilitamiento de los músculos de la pelvis. Esto puede ser consecuencia del embarazo, del parto, de la obesidad o de la menopausia. En estas situaciones, la cirugía para la incontinencia urinaria femenina resulta muy efectiva y los periodos de hospitalización son muy breves.
- Procedimiento con cabestrillo
Se inserta una cinta de malla sintética que constituye un cabestrillo que va colocado debajo de la uretra o del cuello de la vejiga. Mediante este procedimiento, se ayuda a mantenerlas cerradas, aunque aumente la presión dentro del abdomen.
- Suspensión del cuello de la vejiga
Este procedimiento es útil cuando existe un debilitamiento de los tejidos pélvicos y quedan desplazadas de su lugar la uretra y la vejiga. El cirujano realiza suturas a lo largo de la uretra y del cuello de la vejiga y los fija a un ligamento en el hueso púbico, lo que proporciona a estos órganos un soporte anatómico. La recuperación lleva algunos meses.
Cirugía en la incontinencia masculina
Los casos de incontinencia masculina son generalmente consecuencia de procedimientos quirúrgicos efectuados sobre la próstata. En los casos leves, se interviene colocando un cabestrillo que eleva la uretra y el esfínter. En los más severos, la cirugía requiere de un dispositivo llamado esfínter urinario artificial. Este consta de un manguito que rodea a la uretra y la oblitera y es controlado mediante una bomba situada en el escroto, la cual permite vaciar la vejiga a voluntad.
Fisioterapia tras la cirugía
Mantener todas las estructuras anatómicas de la pelvis en un estado óptimo es el propósito de la fisioterapia posterior a la cirugía. Aplicando las mismas técnicas que hemos descrito anteriormente, tus pacientes tendrán una recuperación más rápida. A su vez, se asegura el éxito del procedimiento al alcanzar un control más eficaz y seguro de la micción.
En ese sentido, es esencial que comprendas que la cirugía corrige la parte estructural del problema. El elemento funcional dependerá de que los músculos estén debidamente entrenados y fortalecidos. Por otra parte, la fisioterapia tras la cirugía también reduce la incidencia de algunos factores de riesgo, tales como el estreñimiento y el sedentarismo.
En conclusión, la cirugía para la incontinencia urinaria solo se necesita en los casos más severos. Para evitar muchas de estas situaciones, la herramienta más importante es la fisioterapia pélvica, pues como dijo Sófocles, el éxito depende del esfuerzo.