La protección del bienestar y de la calidad de vida de la población es un aspecto clave en los actuales sistemas sanitarios, sin embargo, para conseguirlo es indispensable la involucración de las administraciones y los diferentes actores políticos, trabajando conjuntamente con los profesionales sanitarios y la propia ciudadanía.
También, las sociedades médicas destacan la importancia de un acceso equitativo a un estilo de vida saludable y para que sea posible, reclaman la involucración de todos los actores implicados, profesionales, administración y ciudadanos.
Según la OMS, la promoción de la salud se define como el proceso que permite a las personas incrementar el control sobre su salud. Y para poder conseguirlo se necesita el trabajo conjunto de ciudadanos, profesionales, comunidades, instituciones y organizaciones. Es decir, entre todos tienen que favorecer los condicionantes que sean necesarios para poder garantizar la salud y el bienestar de la población.
La promoción de la salud fomenta cambios en el entorno que protegen la salud de las personas.
El papel clave de la administración
Aunque la salud de una población depende de muchos factores, la principal responsabilidad de apoyar, valorar, visibilizar y fomentar su implementación pertenece a los políticos y a las instituciones.
La administración debe proporcionar el marco regulatorio y todas las herramientas necesarias para proteger la salud de la población y evitar las situaciones de vulnerabilidad de los colectivos socialmente más desfavorecidos.
Deben desarrollarse alianzas, proporcionar formación, investigación, reconocimiento, visibilidad, apoyo institucional y disponer del presupuesto necesario para poder llevarlo a cabo. Y cuando los recursos sean limitados, también es labor de la administración conocer, evaluar y priorizar las intervenciones más apropiadas, eficientes y equitativas para la población.
Las instituciones tienen que valorar y tener en cuenta planes y presupuestos destinados a salud comunitaria, incluyendo la formación.
Las políticas estatales y autonómicas deben apostar por:
· Reorientación y potenciación de la Atención primaria para que puedan implementar estrategias de salud.
· Coordinación intersectorial.
· Mecanismos de participación.
Por parte de las administraciones locales, su responsabilidad consiste en obtener todos los recursos que sean necesarios para potenciar el bienestar y la salud de sus conciudadanos.
Se necesitan políticas globales desde la administración que incluyan a todos los actores implicados en la toma de decisiones, con el fin de sensibilizar a la población sobre la importancia del cuidado de la salud.
Los profesionales, el apoyo necesario
En general, las actividades que se realizan desde Atención primaria para promocionar la salud de la población son insuficientes por la falta de recursos. Sin embargo, aunque la influencia del sistema sanitario sobre la salud de las personas sea parcial, la proximidad y cercanía de los profesionales sanitarios hace que su papel sea fundamental para conseguir mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos.

El papel que realiza el profesional sanitario como asesor en los problemas de salud de sus pacientes, junto a la corresponsabilidad y el autocuidado de los propios individuos, es la principal vía para conseguir los objetivos marcados. Para ello, es necesario que el sistema sanitario y sus profesionales trabajen en un marco participativo y colaborativo, aportando las herramientas suficientes y apoyando las iniciativas de salud que ayudarán en la consecución de los resultados.
Principales recomendaciones:
· Abordaje integral de la salud con equipos interdisciplinarios.
· Intervenciones contrastadas, planificadas y participativas. Evitar la improvisación.
· Buscar alianzas entre Salud pública, Atención primaria y ciudadanía.
La interacción entre los profesionales y la comunidad produce más salud.
La ciudadanía y el autocuidado
La salud comunitaria no debe tratarse desde una perspectiva jerárquica, debe abordarse desde la cooperación y el asesoramiento. Para ello, se necesita empoderar a las personas individual y colectivamente, haciéndoles entender que son ellas mismas las dueñas de su salud.
Los profesionales sanitarios deben trabajar para que sus pacientes asuman un papel activo en su bienestar, pero los ciudadanos por su parte, también deben tomar conciencia y aceptar la responsabilidad de su salud.
La importancia del autocuidado
Las intervenciones en el autocuidado se encuentran entre los enfoques más prometedores e interesantes para mejorar la salud y el bienestar de las personas. La propia OMS recomienda intervenciones de autocuidado que ofrezcan conocimientos y formación a las personas sobre cómo gestionar y cuidar su propia salud.
El estilo de vida es el determinante más influyente en la salud y el más modificable mediante las actividades de promoción de la salud.
Beneficios de las intervenciones de autocuidado:
· Reducen las desigualdades en salud y mejoran la equidad.
· Mejoran la cobertura y el acceso a la sanidad.
· Disminuyen el gasto sanitario.
· Aumentan la eficiencia de los servicios y la calidad de los recursos.
· Mejoran los resultados en salud, los derechos humanos y sociales.
Sin la implementación de las estrategias de autocuidado, los sistemas sanitarios estarían sobrepasados, incluso podrían correr el riesgo de colapsarse.
Las principales consideraciones sobre temas relacionados con el autocuidado son:
· Actividad física. La inactividad física es el cuarto mayor riesgo de mortalidad a nivel global.
· Alimentación. Concienciar sobre la importancia de la alimentación y las dietas saludables en la salud.
· Enfermedades respiratorias. Se recomienda no fumar y evitar exponerse a la contaminación y al humo para preservar la salud respiratoria.
· Salud emocional. Es importante potenciar el bienestar y la salud emocional mediante hábitos de vida saludables.
· Responsabilidad en la utilización de fármacos y su impacto medioambiental.
Mediante la promoción de la salud, las personas pueden tener un mejor control de su propia salud.
Los resultados de una reciente encuesta realizada por la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC) son prometedores. Entre otros aspectos, indican la creciente concienciación de los ciudadanos sobre los riesgos que supone el consumo excesivo de alimentos poco saludables.
Es importante recordar que una dieta poco saludable es uno de los principales factores de riesgo de muerte prematura, representando el 19% de la mortalidad total. En Europa, la proporción de muertes relacionadas con la dieta y la alimentación es del 25%. También es relevante poner de manifiesto que el 78% de los encuestados realizan más de 2 horas de actividad física a la semana o 75 minutos de actividad física intensa.
Decálogo de los 10 principios básicos para el autocuidado
Desde la semFYC se ha elaborado un decálogo con los 10 ejes más relevantes para el autocuidado. Se trata de los principios esenciales para poder vivir más, mejor y más feliz.

1. Seguir una buena alimentación.
· Suficiente para mantener o conseguir un peso saludable.
· Variada. Comer alimentos diferentes para obtener todos los nutrientes.
· Equilibrada. Incluir todos los días alimentos de todos los grupos.
· Segura. Elegir alimentos seguros con envasado íntegro y correcto.
· Apetecible. Cocinar bien.
· Mediterránea.
2. Consumir la menor cantidad posible de alcohol.
3. Realizar actividad física.
· Elegir un ejercicio físico adecuado a cada situación personal.
· Hacer ejercicio regularmente. Se recomienda un mínimo de 1 hora al día, 5 días a la semana.
· Todas las actividades cuentan. Subir escaleras, caminar, etc.
4. Evitar el tabaco y las drogas.
· El consumo de tabaco es la causa evitable más común de enfermedades y muerte.
· Evitar los espacios contaminados por el humo del tabaco. El tabaquismo pasivo causa muchas enfermedades.
· No consumir drogas. Ningún tipo de droga es saludable.
5. Hacer un uso racional de los medicamentos y vigilar la automedicación.
· La medicación siempre debe estar bajo supervisión.
· Acompañar los medicamentos con un estilo de vida saludable.
6. Cuidar la salud sexual y evitar conductas de riesgo.
7. No abusar del sol.
· Para cubrir las necesidades fisiológicas es suficiente con media hora al día.
· Protegerse adecuadamente. Las radiaciones solares se acumulan a lo largo de la vida.
8. Conducir de forma responsable.
· Utilizar siempre los cinturones de seguridad, las sillas para los niños y los cascos en motos y bicicletas.
· No consumir alcohol.
· No manipular el móvil al conducir.
9. Estar psicológicamente abierto y con actitud positiva ante la vida.
· Tomarse las cosas con calma.
· Evitar el estrés.
· Descansar lo suficiente.
· Buscar sentido a la vida (propósito, ilusión, pasión).
10. Participar activamente de la comunidad.
· Conectar abiertamente con otras personas y practicar la autoestima positiva.
· Pertenencia a la comunidad y buenas relaciones sociales.o Reír tiene un poder curativo.
Barreras y fortalezas para el desarrollo de la salud comunitaria y el autocuidado
Barreras
· Falta de formación específica de los políticos y los gestores sanitarios para la toma de decisiones.
· Ausencia de planificación a largo plazo.
· Atención primaria demasiado centrada en la atención individual.
· Debilidad de los órganos de representación ciudadana.
· Escasa evaluación de las intervenciones realizadas y de los resultados obtenidos.
· Desmotivación de los profesionales.
· Ausencia de formación e incentivos.
Fortalezas
· Unidades docentes multiprofesionales.
· Alianzas entre profesionales y sociedades científicas.
· Integración de las funciones de Atención primaria y Salud pública en los centros.
· Importante labor de los trabajadores sociales.
· Especialistas de enfermería comunitaria.
· Investigación y acciones participativas para implantar, evaluar y mejorar.
· Concienciación de las asociaciones de pacientes.
· Redes sociales como medio de coordinación, articulación y sensibilización.
La promoción de la salud incluye una amplia gama de intervenciones destinadas a proteger la salud y la calidad de vida de las personas. Para ello, no solo es importante enfocarse en el tratamiento y la cura de las enfermedades, también es necesario abordar la prevención de las causas de la enfermedad.
El compromiso con la promoción de la salud necesita un enfoque integral que tenga en cuenta las circunstancias personales y las desigualdades para poder incentivar la responsabilidad individual. Es necesario trabajar desde una perspectiva de salud positiva que fomente las fortalezas en todas las áreas del sistema.
Bibliografía
1. El autocuidado, una responsabilidad compartida entre profesionales, ciudadanía y administraciones. Programa de actividades preventivas y de promoción de la salud. semFYC. Octubre 2023.
2. Benedé Azagra C.B. et al. ¿Qué hacemos y qué podríamos hacer desde el sistema sanitario en salud comunitaria? Informe SESPAS 2018. Gaceta Sanitaria 2018; 32(S1):22–25.
3. Directrices de la OMS sobre intervenciones de autocuidado para la salud y el bienestar, revisión 2022: resumen ejecutivo. OMS. Junio 2022.
4. Tener una buena salud también depende de nuestros esfuerzos: La semFYC presenta el nuevo decálogo para el autocuidado. semFYC. Octubre 2016.
5. Semana del autocuidado. semFYC. Octubre 2023.
6. Semana del autocuidado. 16-22 octubre 2023. Resultados de la encuesta de la Semana del Autocuidado. semFYC 2023.
7. La salud: ¿una responsabilidad social o individual? Escuela Andaluza de salud Pública. Universidad de Granada. Consejería de Salud y Familias.