Los efectos del calor en la salud. Prevención desde la Atención Primaria

Los efectos del calor en la salud. Prevención desde la Atención Primaria

Las olas de calor son episodios de temperaturas anormalmente extremas que se mantienen durante tres o más días consecutivos. Pero, este concepto se aplica en función de la temperatura que se registra normalmente en cada zona geográfica y según sus condiciones locales, ya que una misma temperatura puede considerarse normal en unos lugares y extrema en otros, en función de los umbrales históricos y de su clima habitual.

A lo largo del siglo XXI irán aumentando los episodios de temperaturas extremas, y las olas de calor serán mucho más frecuentes y de mayor duración.

Se ha demostrado que los episodios de temperaturas extremas y las olas de calor afectan negativamente a la salud de las personas, llegando a aumentar la morbilidad y mortalidad, especialmente en las áreas de clima templado. Todo ello, impacta directamente en los planes de prevención que gobiernos y administraciones deben poner en marcha, con el objetivo de minimizar los efectos que ejercen las altas temperaturas en la salud de las personas.

Disponer de sistemas de recomendación y alerta para informar a la población es clave, pero también es importante tener en cuenta los diferentes niveles de la asistencia sanitaria, así como las necesidades específicas de aquellos grupos de población más vulnerables. De hecho, el calor afecta de forma diferente según los factores individuales y las circunstancias personales en cada momento.

Los grupos de población especialmente vulnerables o de mayor riesgo son:

·  Lactantes y niños menores de 4 años.

·  Mujeres embarazadas.

·  Personas mayores de 65 años, especialmente las más ancianas.

·  Enfermos con patologías crónicas (problemas cardiovasculares, cerebrovasculares, renales, respiratorios, neurológicos, trastornos de la alimentación y otros trastornos mentales, etc.). La mayoría de las muertes e ingresos hospitalarios durante las olas de calor se deben al empeoramiento o descompensación de los enfermos crónicos.

·  Personas con obesidad.

·  Personas dependientes y/o con deterioro cognitivo.

·  Personas en tratamiento con determinados medicamentos (diuréticos, neurolépticos, tranquilizadores, antidepresivos, broncodilatadores, antiarrítmicos, antiepilépticos, etc.).

·  Personas inmovilizadas e institucionalizadas.

·  Pacientes ingresados en centros hospitalarios.

En todos estos casos, los mecanismos de autorregulación pueden estar descompensados, en consecuencia, es muy importante adoptar todas las medidas de precaución que sean necesarias para minimizar los riesgos que ejercen las altas temperaturas sobre su salud.

A parte de las situaciones de mayor vulnerabilidad, también será importante tener en cuenta los factores de riesgo ambientales, laborales y sociales:

  • Personas sin hogar o en situaciones de aislamiento social, exclusión y precariedad.
  • Viviendas en condiciones inadecuadas, con ausencia de climatización o difíciles de refrigerar.
  • Personas con exposición excesiva al calor por razones laborales, principalmente los trabajos al aire libre, el uso de equipos protectores personales o los trabajos relacionados con productos químicos peligrosos.
  • Turistas o viajeros que proceden de países más frescos y que no están aclimatados a las temperaturas elevadas.
  • Personas que practican deporte, especialmente de gran intensidad física.
  • Ambientes muy urbanizados o situaciones de alta contaminación ambiental.
  • Exposición continuada durante varios días a temperaturas muy elevadas, que además también se mantienen por las noches.

Efectos del calor sobre la salud

Las olas de calor incrementan los riesgos de deshidratación, edemas, calambres musculares y problemas de la piel, entre otros. Además, agravan las enfermedades crónicas y aumentan los accidentes cerebrovasculares y los partos prematuros. Por otro lado, también se ha demostrado que el calor extremo aumenta la siniestralidad laboral y los accidentes de tráfico, al igual que las intoxicaciones alimentarias y las enfermedades que se transmiten por el agua y los alimentos.

En general, las enfermedades o síndromes relacionados con el calor se producen por la pérdida de la capacidad de regular la temperatura corporal. Las temperaturas anormalmente altas producen pérdida de agua y electrolitos, muy necesarios para el normal funcionamiento de los órganos. Además, cuando las altas temperaturas persisten durante varios días, se calientan los edificios, empeorando la calidad del sueño y dificultando el descanso.

Síntomas de alerta: Calambres musculares, dolor de cabeza, confusión, debilidad e insomnio.

La peligrosidad de las altas temperaturas se debe principalmente a su duración. Se ha demostrado que la mortalidad aumenta cuando las altas temperaturas persisten 3 o más días. Además, los efectos no solo se observan durante el propio período de calor, también con un retraso de hasta 3 días después de que haya finalizado.

España registró más de 3.000 muertes en 2023 atribuibles a las altas temperaturas.

Las principales consecuencias y problemas de salud derivados directamente del calor y de la exposición a las altas temperaturas son:

  • Dermatitis por calor. Sarpullido de la piel provocado por el sudor excesivo. Normalmente aparece en la frente, cara, cuello, pecho o espalda, y aunque puede darse a cualquier edad, es más frecuente en los niños.
  • Edema por calor. Acumulación de líquido, principalmente en tobillos y piernas en personas con varices u otras enfermedades que afectan a los vasos sanguíneos (hipertensión, diabetes, etc.).
  • Quemaduras por calor. Enrojecimiento de la piel por permanecer demasiado tiempo al sol sin la debida protección. Puede ser muy doloroso y en los casos más graves incluso pueden formarse ampollas.
  • Insolación por calor. Dolor de cabeza intenso por haber estado mucho tiempo al sol con la cabeza descubierta.
  • Calambres por calor. Contracturas musculares dolorosas que suelen aparecer en piernas, brazos y abdomen, causadas por la pérdida de sales debido a una sudoración excesiva.
  • Síncope por calor. Mareo o desmayo al estar mucho tiempo de pie expuesto al sol y al calor intenso. La sangre llega con más dificultad al cerebro y la falta de riego cerebral puede ocasionar un síncope, sobre todo en personas con la tensión arterial baja.
  • Estrés por calor o estrés térmico. Tensión psicológica y física cuando el organismo no puede regular la temperatura interna de manera efectiva. Se produce un desajuste en la temperatura corporal por acumulación o por pérdida excesiva de calor, causando dolor de cabeza, debilidad, fatiga, náuseas, calambres y confusión.
  • Agotamiento por calor. Cuando la sudoración es muy intensa y prolongada en el tiempo, la pérdida excesiva de agua y sales puede causar debilidad, desvanecimientos, cansancio, alteraciones de la vista, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, diarrea, palpitaciones, insomnio y agitación nocturna.
  • Golpe de calor. Ocurre cuando el organismo no puede controlar ni regular su temperatura y aumenta muy deprisa hasta los 40-41ºC. Se trata de una situación muy grave que puede llevar a la muerte por el colapso de múltiples órganos como el riñón, hígado o páncreas. Los signos característicos son un fuerte dolor de cabeza, náuseas, somnolencia, agresividad inhabitual, piel caliente, pérdida de conciencia y convulsiones. Debe considerarse una emergencia vital y requiere ayuda profesional inmediata.

En general, los calambres musculares en extremidades y abdomen son la forma más leve de lesión por calor. Normalmente se producen al realizar ejercicio o alguna actividad física intensa que conlleva mucho sudor corporal. Por el contrario, el agotamiento por calor y el golpe de calor son las enfermedades más graves, pudiendo dejar importantes secuelas, incluso llegar a ser mortales.

Medidas y prevención desde la Atención Primaria

Desde Atención Primaria, además de informar a la población y difundir los riesgos relacionados con las altas temperaturas, lo importante es identificar los grupos más vulnerables. En este sentido, una vez identificados, se recomienda revisar y modificar sus tratamientos, así como hacerles un seguimiento domiciliario para prevenir posibles problemas de salud derivados del calor y las altas temperaturas.

Los grupos de riesgo a los que se recomienda monitorear son: niños pequeños y lactantes, mujeres embarazadas, mayores de 65 años, especialmente cuando están encamados o tienen poca autonomía, y pacientes con enfermedades crónicas o enfermedades agudas concomitantes.

Principales recomendaciones para los servicios sanitarios de Atención Primaria:

  • Identificar los signos de alerta de las enfermedades asociadas al calor y tomar las medidas oportunas.
  • Evitar la prescripción de AINEs en la medida de lo posible (ácido acetilsalicílico, AINEs clásicos, inhibidores de la COX-2).
  • En caso de fiebre y sospecha de golpe de calor, evitar la prescripción de paracetamol. Es ineficaz para tratar los golpes de calor y además puede agravar el daño hepático.
  • Enfriar el cuerpo mediante humidificación y ventilación cutánea externa.
  • Controlar el estado de hidratación de los pacientes.
  • Adaptar los tratamientos cuando sea necesario, especialmente los medicamentos diuréticos.
  • Informar y hacer todas las recomendaciones preventivas necesarias según la patología de riesgo de cada paciente.

Principales recomendaciones para los servicios sanitarios de Atención Especializada.

  • Revisar las temperaturas de las diferentes áreas de hospitalización y establecer un diagnóstico general de la situación (mapa de temperaturas).
  • Estudiar las condiciones de climatización de las áreas que más utilizan los pacientes de riesgo y modificarlas cuando sea necesario.
  • Instalar termómetros en las estancias donde los pacientes vulnerables pasan más tiempo.
  • Garantizar instalaciones climatizadas y su mantenimiento.
  • Estrategia de asignación de camas para ubicar a los pacientes más vulnerables en las áreas o habitaciones con menor temperatura (por debajo de 26ºC).
  • Garantizar el abastecimiento de agua de consumo.
  • Adoptar las medidas oportunas para poder dar respuesta frente a un hipotético incremento de la demanda.

Claves y recomendaciones para dar a los pacientes que acuden a los centros de salud.

  • Hidratación constante. Beber agua regularmente, incluso sin tener sed y evitar el consumo de alcohol.
  • Comidas ligeras. Aumentar el consumo de ensaladas, verduras, gazpachos y frutas.
  • Vestir adecuadamente. Se recomienda usar ropa ligera y de colores claros. El calzado debe ser cómodo y que transpire.
  • Evitar el sol directo cuando las temperaturas son superiores a los 28Cº, especialmente durante las horas centrales del día.
  • Descansar frecuentemente en lugares frescos, sobre todo cuando se realizan actividades físicas o se trabaja al aire libre.
  • No hacer deporte en horas de máximo calor, especialmente al mediodía.
  • No automedicarse ni suprimir ningún medicamento sin consultar.
  • Consultar al médico si se está tomando medicación regularmente. Algunos fármacos aumentan la susceptibilidad al calor.

Otras recomendaciones importantes:

  • Tener especial precaución al inicio del verano o frente las primeras olas de calor, ya que el organismo aún no está acostumbrado a las altas temperaturas y el esfuerzo de adaptación es mayor.
  • Permanecer en las zonas o habitaciones más frescas de la casa durante el mayor tiempo posible.
  • Bajar persianas y toldos de las ventanas expuestas al sol, sobre todo si se vive en pisos altos.
  • Ducharse y refrescarse frecuentemente.
  • Protegerse del sol mediante cremas fotoprotectoras y utilizando sombreros y gafas de sol.
  • No permanecer mucho tiempo en un coche parado o sin aire acondicionado, aunque las ventanillas estén abiertas. No dejar nunca a niños y mascotas solos en el interior del vehículo.
  • Estar pendientes de familiares y amigos de edad avanza, sobre todo si viven solos.

Además, desde la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), se recuerda que algunos síntomas peligrosos pueden confundirse con algún malestar cotidiano, y por ello, es importante consultar siempre a los profesionales sanitarios y seguir sus consejos y recomendaciones.

La importancia de una estrategia global

Desde las sociedades científicas también se resalta la necesidad de implementar y poner en práctica medidas sociales, estructurales y políticas como parte de una estrategia global. Ello supone abordar los problemas de salud, ambientales, económicos y sociales de manera integral.

  • Activación de las redes sociales para el acompañamiento y vigilancia de las personas más vulnerables y con riesgo.
  • Implementación de recursos para el enfriamiento de locales (refugios climáticos).
  • Revisión del mercado energético y accesibilidad a las fuentes de energía.
  • Promoción de recursos sociales, como el bono térmico y eléctrico.
  • Acceso al transporte público.
  • Mejoras de la eficiencia energética de las viviendas.
  • Planificación urbanística consciente.
  • Reducción de emisiones para luchar contra el cambio climático.

Todo ello, sin olvidar que las empresas también tienen una parte de responsabilidad a la hora de cumplir con la regulación vigente y proteger a sus trabajadores del calor extremo, proporcionando las medidas más adecuadas que garanticen su salud y seguridad.

Prevenir los golpes de calor y los efectos de las altas temperaturas sobre la salud de las personas es posible, siempre que se sigan las recomendaciones y se trabaje conjuntamente con una buena planificación.

Bibliografía

1. Calor y salud. Servicios de información. Comunidad de Madrid.
2. Cómo prevenir los efectos del calor y proteger su salud. Servicios sociales y Salud. Ayuntamiento de Madrid.
3. Medidas para prevenir los efectos adversos del exceso de calor. Salud Informa. Junio 2024.
4. Actuaciones preventivas ante los efectos del exceso de temperaturas sobre la salud en la CAE. Gobierno Vasco. Plan calor 2022.
5. Estas son las 7 claves a dar a los pacientes que acuden a los centros de salud para evitar golpes de calor. Gaceta Médica. Junio 2025.6. Prevención de riesgos laborales por exposición al calor. Prevención de riesgos laborales. Comunidad de Madrid.

¿Eres profesional sanitario?
Los contenidos del sitio web al que está intentando acceder están dirigidos exclusivamente al profesional sanitario facultado para prescribir o dispensar medicamentos en España.

Bienvenid@,
nos encanta verte por aquí.

La Nueva Serenidad
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.