El envejecimiento de la población es uno de los mayores logros alcanzados como sociedad, gracias a los avances médicos, los cuidados sanitarios y la mejora de las condiciones de vida. Pero, no solo es importante añadir años a la vida, también es necesario añadir vida a los años, fomentando un envejecimiento activo y saludable, a través de la promoción de la salud y la prevención.
El envejecimiento saludable y activo es el camino para impulsar la salud y la calidad de vida de las personas mayores.
La esperanza de vida en España es una de las más altas del mundo, alcanzando los 83 años, concretamente 86 años en las mujeres y 80 años en los hombres. Sin embargo, los años de vida saludables o la esperanza de vida con buena salud es de 66 años, debido a que las enfermedades crónicas, los problemas mentales y las discapacidades físicas van aumentando con la edad y reduciendo la calidad de vida.
Esperanza de vida con buena salud.
Se define como el promedio de años esperados que vive una persona disfrutando de buena salud, en ausencia de limitaciones funcionales o discapacidad.
La esperanza de vida con buena salud añade una nueva dimensión a la cantidad de vida, midiendo también su calidad.
España es el cuarto país de Europa con mayor número de personas mayores, por detrás de Alemania, Francia e Italia. Actualmente, el 20% de la población española tiene más de 65 años, pero con la inminente integración de la generación del baby boom, se espera que este porcentaje vaya aumentando hasta llegar al 30% en 2050.
Pero no solo aumenta la esperanza de vida en nuestro entorno, se trata de una tendencia a nivel mundial. Todos los países están experimentando un incremento, tanto en números absolutos como en la proporción de personas mayores en sus poblaciones. Podríamos decir que las personas centenarias empiezan a hacerse notar.
Longevidad y envejecimiento
Desde el punto de vista biológico, el envejecimiento es el resultado de la acumulación de una gran variedad de daños moleculares y celulares a lo largo de los años, lo que lleva a un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales, y a un mayor riesgo de sufrir enfermedades. Sin embargo, estos cambios no son uniformes ni lineales. El envejecimiento puede variar considerablemente entre personas de la misma edad, no solo por su herencia genética, sobre todo por otros factores como el género, el estilo de vida, el entorno físico y social, la vivienda, el nivel socioeconómico, la comunidad, las enfermedades crónicas o la fragilidad.
El envejecimiento es un proceso multidimensional en el que influye la salud, el mantenimiento de la autonomía y otros factores psicológicos y sociales.
Los principales indicadores y factores relacionados con la salud de las personas mayores en España son:
- Género. Las mujeres son mayoría en la vejez, superando en un 30% a los hombres. Esta diferencia se acentúa todavía más, a medida que va aumentando la edad.
- Entorno rural y urbano. Aunque las personas mayores se concentran principalmente en los municipios urbanos y las grandes ciudades, la proporción de mayores respecto a la población total es muy superior en el mundo rural, pudiendo llegar hasta el 28%.
- Factores socioeconómicos. Incluye el nivel educativo, el tipo de trabajo, las pensiones, la brecha digital, el barrio o la zona geográfica donde se vive.
- Convivencia social y estado conyugal. Se trata de dos factores que afectan considerablemente a la vida de las personas mayores, determinando el tipo de hogar, la salud, o los ingresos percibidos.
- Estilo de vida. La alimentación saludable, realizar actividad física y evitar conductas de riesgo, como el alcohol o el tabaco, se consideran hábitos protectores.
- Enfermedades crónicas o fragilidad. Son condiciones tratables y reversibles, siempre que se detecten a tiempo y no evolucionen a algún tipo de discapacidad.
El impacto de las patologías crónicas en los mayores
Las enfermedades crónicas afectan a una elevada proporción de personas mayores, causando múltiples problemas de salud y de calidad de vida. De hecho, constituyen la principal causa de mortalidad en el mundo, representando el 63% del total de las muertes anuales.
Con la edad, aumenta el riesgo y la probabilidad de desarrollo y descompensación de la mayoría de las enfermedades crónicas.
Se consideran enfermedades crónicas, aquellas enfermedades o problemas de larga duración, que generalmente progresan de forma lenta. Según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, las enfermedades crónicas son la nueva gran epidemia del siglo XXI.
La OMS define las enfermedades crónicas como enfermedades de progresión lenta y de larga duración, siendo además causa de mortalidad prematura. Su aparición y desarrollo está muy relacionado con la edad, el nivel socioeconómico y los estilos de vida.
Las enfermedades crónicas más comunes que sufren las personas mayores son:
- Alzheimer. Supone el 65% del total de las demencias. El deterioro cognitivo y las demencias asociadas al envejecimiento, son la principal causa de dependencia en las personas mayores.
- Parkinson. Se trata de la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente después del Alzheimer.
- Hipertensión arterial e hipercolesterolemia. Son la principal causa de ictus e infartos.
- Diabetes. Afecta a un elevado porcentaje de personas mayores y con el tiempo puede causar complicaciones más graves (corazón, riñones, ojos, nervios, etc.).
- Problemas respiratorios. Las enfermedades respiratorias más prevalentes son el asma y la EPOC.
- Cáncer y procesos oncológicos. La incidencia y prevalencia del cáncer en mayores de 65 años ha crecido los últimos años, a medida que ha ido aumentando la esperanza de vida.
- Artrosis y artritis. Se trata de enfermedades muy dolorosas que afectan gravemente a la calidad de vida de las personas mayores.
- Osteoporosis y rotura de huesos. La osteoporosis en ancianosse conoce popularmente como la epidemia silenciosa, por no mostrar síntomas hasta que la pérdida de masa ósea es grave y se producen fracturas.
- Cervicalgia y lumbalgia. El 80% de la población sufre o ha sufrido dolor de espalda, siendo el dolor lumbar el más frecuente. Las personas mayores son especialmente vulnerables a la lumbalgia, debido al desgaste de los discos vertebrales con la edad.
- Incontinencia urinaria. Se calcula que afecta a 6,5 millones de personas en España,principalmente a personas mayores y/o dependientes.
- Problemas auditivos y visuales (glaucoma, cataratas, retinopatías, etc.). La salud visual y auditiva juega un papel muy importante en la autonomía y calidad de vida de las personas mayores.
Todo ello, sin olvidar la salud mental y la depresión, principalmentecomo consecuencia de la soledad no deseada.Se ha demostrado que la soledad acorta la esperanza de vida, empeora la salud y disminuye la felicidad. De hecho, vivir solo en España se considera un factor de riesgo.
A partir de los 75 años la incidencia de la soledad no deseada en España alcanza el 12%, siendo mayor en las mujeres.
Por último, también es importante mencionar los llamados síndromes geriátricos, conocidos como estados de salud complejos que aparecen durante la vejez. Por lo general, son consecuencia de múltiples factores subyacentes que influyen en la salud, como la fragilidad, la incontinencia urinaria, las caídas, los estados delirantes y las úlceras por presión, entre otros.
La detección y diagnóstico precoz del síndrome geriátrico puede ayudar a disminuir el deterioro funcional y la pérdida de independencia de las personas mayores, promoviendo un envejecimiento más saludable y con mejor calidad de vida.
La importancia de la prevención
El aspecto más relevante de las enfermedades crónicas es que pueden prevenirse, al estar muy relacionadas con los malos hábitos y los estilos de vida poco saludables (consumo excesivo de alcohol, tabaco, dietas poco sanas, sedentarismo y falta de ejercicio físico).
La OMS ha señalado que las intervenciones prioritarias para la prevención o retraso en la aparición de las enfermedades crónicas deben focalizarse en la mejora de los estilos de vida de la población.
Aunque la aparición de ciertas enfermedades crónicas va directamente asociada a nuestra genética, se calcula que los genes solo afectan en un 25% a su desarrollo, mientras que el 75% restante depende de los hábitos de vida.
De hecho, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología afirma que el 80% de los casos de diabetes, infartos cerebrales y enfermedades cardiovasculares, así como uno de cada tres casos de cáncer, podrían evitarse con estilos de vida más saludables.
Los principales hábitos saludables recomendados para prevenir las enfermedades crónicas en personas mayores son:
- Mantener una alimentación completa, sana y equilibrada.
- Evitar el consumo de alimentos perjudiciales para la salud (productos azucarados, embutidos, carnes procesadas y bollería industrial).
- Beber abundante agua.
- Realizar actividad física frecuentemente y evitar el sedentarismo.
- Mantenerse activo mentalmente con ejercicios de memoria, lectura, etc.
- Abandonar hábitos tóxicos, como el tabaco y el alcohol.
- Cuidar el descanso y las horas de sueño.
- Visitar regularmente al médico, dentista, etc.
- Seguir las prescripciones, tratamientos y recomendaciones terapéuticas de los profesionales sanitarios.
Además, también es muy importante en las personas mayores, detectar, prevenir y tratar la fragilidad, para que el envejecimiento sea lo más saludable y activo posible y poder evitar la cronicidad y la discapacidad.
Se entiende por fragilidad el deterioro progresivo de los sistemas fisiológicos relacionado con el envejecimiento, que provoca una disminución de la capacidad intrínseca y confiere una mayor vulnerabilidad ante los factores estresores, aumentando el riesgo de presentar diversos eventos adversos de salud.
En Atención Primaria, la fragilidad se considera un síndrome geriátrico previo a la aparición de la dependencia funcional, que permite la identificación de personas de mayor riesgo de dependencia, institucionalización, efectos adversos de fármacos, mortalidad y otros eventos negativos de salud.
Dependencia de las personas mayores. El importante papel del cuidador
Las patologías crónicas suponen un importante coste económico y social, pero sobre todo impactan a nivel familiar por todos los cuidados que necesitan las personas dependientes. Ser cuidador es una situación que muchas personas se encuentran a lo largo de su vida sin haberlo previsto. Se calcula que en España hay más de un millón y medio de personas que cuidan a mayores de 70 años dependientes, dentro o fuera del hogar.
Generalmente, los cuidadores son mujeres de 50-59 años de edad y aunque la experiencia de cada cuidador es diferente, existen algunas características comunes para todos ellos.
- Ser cuidador implica una dedicación importante de tiempo y energía.
- Conlleva tareas que pueden ser incómodas y poco agradables.
- Los cuidadores deben aprender a cuidarse a sí mismos.
- Las personas dependientes deben sentir que sus necesidades físicas, sociales y afectivas están resueltas.
Además, es frecuente que muchas personas mayores que reciben cuidados, a su vez, también sean cuidadoras de terceras personas, lo que pone de manifiesto su importante labor y contribución a la sociedad.
El 13,6% de las personas mayores de 65 años en España cuida regularmente a una persona dependiente, por motivos de enfermedad o discapacidad.
Cambios sociales y carga emocional de los cuidadores
El cuidador pasa a ser un pilar fundamental para la persona dependiente y como consecuencia, experimentará importantes cambios en su vida cotidiana y entorno. Será necesario reorganizar la vida familiar, laboral y social, y aunque puede variar mucho de una persona a otra, los cambios y la carga emocional que sufren los cuidadores les acaba afectando a su calidad de vida.
- Deterioro de las relaciones interpersonales y tendencia al aislamiento social. Poca comunicación y sensación de soledad.
- Falta de tiempo de dedicación a la pareja, familia y amigos.
- Sentimientos de impotencia, culpabilidad, fracaso, vergüenza, frustración, irritabilidad, hostilidad y cambios en el carácter.
- Tristeza, soledad, trastornos de ansiedad y depresión.
- Agotamiento físico y sobrecarga (síndrome del cuidador).
- Déficits de concentración y problemas de memoria.
- Trastornos del sueño por la continua preocupación y tensión derivadas de la sobrecarga psíquica y física.
- Aumento de las consultas médicas y toma de medicamentos por problemas de salud relacionados con la labor de cuidador.
- Bajo rendimiento laboral, absentismo laboral o incluso abandono definitivo del trabajo habitual.
Para que los cuidadores puedan disfrutar de un mayor bienestar físico y emocional, así como optimizar el rendimiento de sus tareas como cuidador, es imprescindible que aprendan a cuidarse a sí mismos.
Principales recomendaciones a tener en cuenta:
- Encontrar tiempo para uno mismo y realizar actividades de ocio sin tener sentimientos de culpa.
- Buscar soluciones que se ajusten razonablemente a las necesidades de la persona dependiente, sin olvidar las del propio cuidador.
- Saber decir “no” ante demandas excesivas, inapropiadas o poco realistas.
- Admitir y expresar los sentimientos, tanto positivos como negativos.
- Quererse a uno mismo y reconocer que se hace todo lo posible.
- Intentar seguir con la propia vida y buscar el tiempo necesario para las actividades personales.
La importancia del autocuidado. Consejos y sugerencias
- Dormir las horas necesarias. Dormir es vital para intentar llevar una vida normal y que no afecte demasiado a otros aspectos de la vida.
Consejos para dormir mejor:
- Acostarse aproximadamente siempre a la misma hora todos los días.
- Cenas ligeras.
- Evitar beber líquido 1-2 horas antes acostarse para no ir al baño durante la noche.
- Ducharse antes de acostarse ayuda a conciliar el sueño.
- Mantener la oscuridad y el silencio en la habitación.
- No utilizar despertadores muy ruidosos.
- Hacer ejercicio con regularidad. Andar, pasear o ir al gimnasio aporta beneficios tanto físicos (mejora el sueño, regula los niveles de glucosa, fortalece el sistema cardiovascular y respiratorio, aporta flexibilidad, coordinación y mejora el equilibrio), como psíquicos (mejora el estado de ánimo, disminuye el estrés y la ansiedad, ayuda a relajarse y mejora la imagen de uno mismo).
- Mantener las aficiones y evitar el aislamiento. Es importantemantener las relaciones sociales para sentirse mejor y no desestabilizarse emocionalmente.
- Comunicación asertiva. Se trata de tener una comunicación efectiva con uno mismo, ser consciente de los pensamientos, sentimientos, motivaciones, necesidades y deseos sin juzgarlos, así como administrar las emociones y asumir la situación de manera responsable.
La longevidad es un logro y una oportunidad para la sociedad, pero también es un gran reto. Nos enfrentamos a pacientes con enfermedades cada vez más complejas, que necesitan mayor número de cuidados, recursos sociales, y sanitarios de todo tipo.
Los cambios deben pasar inevitablemente por una restructuración del sistema sanitario, pero también es importante poner en marcha una transformación hacia la responsabilidad individual del autocuidado. Y para ello, se necesita hacer un gran esfuerzo con campañas de información y formación que conciencien a la población de su responsabilidad personal sobre cómo envejecer.
Bibliografía
- Envejecimiento saludable y prevención de fragilidad. Ministerio de Sanidad. Gobierno de España.
- Envejecimiento y bienestar. Una radiografía de las personas mayores. Oficina de Ciencia yTecnología del Congreso de los Diputados (Oficina C). Informe C: Envejecimiento y bienestar. Diciembre 2023.
- Mujeres y hombres en España 2023. Esperanza de vida en buena salud. INE.
- Pérez Diaz, J., et al. Un perfil de las personas mayores en España 2023. Indicadores estadísticos básicos. Madrid, Informes Envejecimiento en red n º 30, 40p. Octubre, 2023.
- Informe sobre envejecimiento: El cambio que viene. Noticia SEGG. Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG). Enero 2024.
- Envejecimiento y salud. OMS. Octubre 2022.
- En España el 73 por ciento de los mayores de 65 años presenta, al menos, una enfermedad crónica. Nota de prensa. Nota de prensa. Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG). Febrero 2017.
- Enfermedades crónicas más comunes en personas mayores. El Rincón del Cuidador.
- Las 10 principales enfermedades que sufren las personas mayores. Fundación Atilano Sánchez Sánchez. FASS.
- Parada-Peña K. et. al. Síndromes geriátricos: caídas, incontinencia y deterioro cognitivo. Rev Hisp Cienc Salud. 2020; 6(4): 201-210.
- El papel del cuidador. Unidad didáctica. Diputación de León.
- Escandell-Rico M., et al. Impacto en la salud y sus determinantes de las personas mayores cuidadoras. Atención primaria. 54 (2022) 102464.
- Villajos Guijarro M. Geriatras juniors: Cómo afrontar los cambios en la especialidad.Noticia SEGG. Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG). Julio 2024.
- Giménez Salilla L. Síndromes geriátricos. Rehabilitación (Madr) 2004;38(6):325-32.