El efecto del envejecimiento en las vías urinarias.  

El efecto del envejecimiento en las vías urinarias.  

envejecimiento en las vías urinarias

El efecto del envejecimiento en las vías urinarias implica cambios en varias estructuras y órganos relacionados con el aparato urinario y la micción, como los riñones, el sistema nervioso central, el aparato urinario inferior, la próstata o la vagina. Excepto los uréteres, que cambian muy poco con la edad, las alteraciones de los otros órganos pueden ser más relevantes.

  • Riñones
    • Con el envejecimiento los riñones pierden peso y disminuye gradualmente la velocidad de filtración. 
    • Las arterias de los riñones se estrechan con el paso de los años y no pueden suministrar la misma cantidad de sangre.
    • Las paredes de las pequeñas arterias que desembocan en los glomérulos se hacen más gruesas, reduciendo la función de los glomérulos restantes. 
    • Disminuye la capacidad de eliminación de productos de desecho por parte de las nefronas. 
    • Incapacidad para concentrar o diluir la orina y eliminar ácidos.

A pesar de todos los posibles cambios relacionados con la edad y el envejecimiento, la función renal será suficiente para las necesidades del organismo en condiciones normales.

  • Vejiga
    • Disminuye el volumen máximo de orina que puede contener la vejiga.  
    • Disminuye la velocidad del flujo de orina hacia el exterior de la vejiga y dentro de la uretra.
    • Aumenta la orina residual (cantidad de orina que permanece en la vejiga después de orinar) y en consecuencia, aumenta la frecuencia y el riesgo de infecciones urinarias.
    • Reducción del tiempo para orinar desde que se siente la necesidad de hacerlo.

La disminución del nivel de estrógenos en la menopausia puede desencadenar algunas alteraciones en las mujeres:

  • Uretra
    • Reducción del tamaño de la uretra.
    • El revestimiento de la uretra se vuelve más fino. 
    • Disminución de la capacidad del esfínter urinario para cerrarse herméticamente, aumentando el riesgo de incontinencia urinaria.
  • Sistema nervioso central
    • Hay múltiples condiciones geriátricas asociadas a la lesión de la sustancia blanca cerebral. El deterioro de la ínsula derecha y la circunvolución cingulada anterior pueden afectar a la regulación de la micción. 
    • Los pacientes con hiperactividad del detrusor muestran mayor actividad cerebral del área motora suplementaria del lóbulo frontal, zona encargada de la planificación y control de los movimientos complejos.
  • Sistema nervioso periférico
    • Desmielinización del nervio pudendo, nervio implicado en la incontinencia urinaria de esfuerzo. 
    • Alteraciones en la inervación pudenda que pueden causar incontinencia urinaria de urgencia.

A parte de todos los cambios fisiológicos derivados del envejecimiento, en la incontinencia urinaria también pueden influir otros problemas relacionados con el deterioro funcional (posible inmovilidad) y el deterioro cognitivo, ya que pueden acabar limitando el control de la micción.

  • Problemas neurológicos: demencia, ictus, enfermedad de Parkinson, etc. 
  • Patologías como la diabetes, insuficiencia cardiaca, EPOC, artrosis, apnea del sueño o el estreñimiento.
  • Patologías urológicas y tratamientos oncológicos.

Además, hay que tener en cuenta que las personas mayores suelen estar polimedicadas, por lo que es probable que tomen algún tipo de fármaco que influya negativamente en la incontinencia.

El proceso de envejecimiento conlleva cambios en el sistema nervioso y en las estructuras del aparato urogenital (vejiga, uretra, vagina, suelo pélvico, etc), aumentando el riesgo de padecer incontinencia. Además, la comorbilidad, el deterioro físico o cognitivo y la polimedicación también son factores de riesgo que favorecen la aparición de incontinencia en el anciano.

El efecto del envejecimiento en las vías urinarias en hombres y mujeres 

Los cambios en el sistema genitourinario derivados del envejecimiento varían en hombres y mujeres.

En los hombres, la próstata aumenta de tamaño a partir de los 50-55 años, pudiendo derivar en problemas relacionados con la micción. En el caso de las mujeres y a partir de esta misma edad, la disminución de los niveles de hormonas asociadas a la menopausia influyen en el aparato genital y urinario con una menor resistencia del suelo pélvico.

Hombres y glándula prostática:

  • Cambios atróficos (hipertrofia) y prominencia del cuerpo amiláceo. 
  • Alteración del vaciamiento vesical por obstrucción.
  • Disminución del flujo urinario.


Mujeres y menopausia:

  • Disminución de las secreciones vaginales, que deriva en reducción de la lubricación. 
  • Pérdida de grasa subcutánea en los labios mayores e irritación de los labios menores. 
  • Pérdida de vascularidad con el consiguiente acortamiento, estrechamiento y reducción de la distensibilidad vaginal. 
  • Aumento del tejido conectivo y pérdida de elasticidad.
  • Disminución del flujo sanguíneo vaginal a causa de la disminución de estrógenos.
  • Atrofia vaginal con las consiguientes manifestaciones de sequedad, prurito y dispareunia.

Repercusiones de la incontinencia urinaria

La repercusión de la incontinencia urinaria en la vida de las personas dependerá del tipo, de la frecuencia y de la severidad.

Las principales repercusiones de la incontinencia son:

  • Médicas: infecciones urinarias, caídas, úlceras o infecciones.
  • Psicológicas: ansiedad, depresión, disfunción sexual. 
  • Sociales: aislamiento, necesidad de soporte familiar, consumo de recursos socio-sanitarios, mayor riesgo de ingreso en residencias. 
  • Económicas: coste de las demandas sanitarias y complicaciones.

La incontinencia urinaria es el trastorno más común del tracto urinario inferior en las personas mayores de 65 años y a diferencia de las personas jóvenes, en los ancianos se necesita un abordaje multidisciplinar debido a su etiología multifactorial.
Se recomienda realizar una valoración individualizada de la incontinencia urinaria en cada caso para conocer el tipo y las causas específicas que la ocasionan, además de una intervención precoz para poder aplicar el tratamiento más adecuado y disminuir el impacto negativo que supone en la calidad de vida del anciano.

Bibliografía:

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  6. Verdejo Bravo C. Cambios del tracto urinario inferior ligados al envejecimiento. Clínicas urológicas de la Complutense. 2, 65-75. Editorial Complutense 1993.
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