El aislamiento por Covid-19, los prolongados periodos de hospitalizaciones relacionadas con la pandemia u otras patologías, han ocasionado que muchas personas hayan disminuido su exposición al sol y consiguiente bajada de vitamina D, además de haber afectado al estado de salud y el bienestar emocional.

El sol, es fuente de vida y de salud. Por eso, queremos dedicar esta publicación a contar cómo actúa en nuestro organismo, sus beneficios a nivel físico y mental, así como resolver cuánta exposición a la luz solar se debe tener semanalmente y bajo qué precauciones.

¡Comenzamos!

Fortalece el sistema inmunológico

¿Sabías que tan solo se necesitan 10 minutos diarios de exposición al sol en un 5 % del área corporal para mantener activa la Vitamina D?

Como lo lees. Basta con exponer los brazos y las piernas durante este tiempo para conseguirlo.

Otro dato curioso que, seguro habrás escuchado en tu consulta, es que en los inviernos posteriores a unas vacaciones al sol se tienen menos gripes y catarros. El motivo está en que el sol es capaz de aumentar el número de glóbulos blancos o linfocitos, las células encargadas de la primera defensa frente a la infección.

La vitamina D reduce la presión en sangre

Como bien sabes, el sol aumenta la circulación de la sangre en la piel. Al dilatarse las arterias disminuye la cantidad de sangre concentrada en los órganos y por lo tanto, la presión arterial se reduce, una situación muy favorable para los hipertensos.

La presencia de vitamina D disminuye los niveles de hormona paratiroidea, encargada de liberar el calcio de los huesos y de regular la presión sanguínea. Cuando aumentan los niveles de vitamina D por efecto del sol, disminuye la hormona paratiroidea y la presión sanguínea en consecuencia.

La luz regula el estado de ánimo

Bajo la luz del sol es más fácil ver el lado positivo de la vida, dejando atrás el cansancio, la depresión y el estrés. ¿La explicación? Los rayos UV aumentan la producción de un neurotransmisor relacionado con la sensación de bienestar: la serotonina.

El tiempo afecta a las emociones, se utiliza la palabra “gris” para designar un estado de ánimo que coincide con los días nublados. De hecho, existe una alteración psicológica conocida como alteración afectiva estacional que se caracteriza por la aparición de síntomas depresivos en invierno y que desaparecen con la llegada del buen tiempo.

Mejora la calidad del sueño

Tus pacientes te han comentado que duermen mejor y menos horas después de tomar el sol. La explicación se debe al efecto de los rayos UV en la melatonina, hormona encargada de muchas funciones, entre ellas regular los ciclos de sueño.

Los niveles de melatonina en sangre son más altos durante la noche, cuando no hay luz. Cuando hay luz, la melatonina desciende y nos sentimos más despiertos y activos. Sin duda el mejor despertador siempre será aprovechar los efectos de la luz del sol, como si de un café se tratara.

No olvides tener en cuenta que

La exposición también puede ser causante de enfermedades y lesiones como irritaciones, envejecimiento prematuro a consecuencia de la destrucción del colágeno u ocasionar un alto riesgo de tumores en la piel, como los melanomas.

Seguro que muchas veces has compartido en consulta la importancia de crear un buen hábito de exposición, evitando de forma directa los rayos solares para evitar el desarrollo de una enfermedad cutánea. En este punto, el uso de protector solar es fundamental para su cuidado. Se debe aplicar cada 3-4 horas durante el día y teniendo en cuenta que las horas (10 y 4 de la tarde) en que el sol se encuentra en su punto máximo y las radiaciones son mayores su uso deberá ser más frecuente.

Cuéntanos si comentas en consulta alguno de estos consejos y comparte con nosotros el feedback de tus pacientes, nos encantará leerte.

Gracias por acompañarnos hacia la Nueva Serenidad.