Dermatitis en pacientes con incontinencia urinaria

Dermatitis en pacientes con incontinencia urinaria

La incontinencia afecta a un elevado porcentaje de personas, representando un grave problema social y de salud pública por su gravedad, frecuencia, magnitud y repercusión en la vida diaria. De hecho, tanto la incontinencia urinaria como la fecal, no solo repercuten en la calidad de vida limitando la autonomía personal y la independencia de las personas, también afectan a nivel psicológico y social, y predisponen a una mayor morbilidad y mortalidad.

Además, la incontinencia origina múltiples y variadas complicaciones, siendo las lesiones cutáneas una de las más prevalentes. La acción de la orina y las heces compromete la integridad de la piel, favorece las infecciones y aumenta el riesgo de desarrollar úlceras por presión.


Este tipo de lesiones cutáneas, causadas por los efectos de la orina y las heces derivadas de la incontinencia, se conoce como Dermatitis Asociada a la Incontinencia (DAI), y forma parte de un grupo más amplio de enfermedades denominadas Lesiones Cutáneas Asociadas a la Humedad (LESCAH).

La dermatitis asociada a la incontinencia es una forma de dermatitis de contacto irritante, presente en muchos pacientes con incontinencia urinaria.

La importancia de la piel como órgano protector

La piel es una barreara física contra las agresiones externas. En realidad, funciona como un mecanismo de defensa que impide la entrada de sustancias nocivas y patógenas. Además, actúa simultáneamente como una importante barrera de hidratación, evitando la pérdida o el aumento excesivo de líquidos, según cada caso.

Las personas mayores y las que sufren incontinencia tienen la piel más frágil, siendo más vulnerables y sensibles al deterioro de la integridad cutánea.

Las principales funciones de las capas de la piel son:

  • Epidermis. Es la capa más externa de la piel, no está vascularizada y las células predominantes son los queratinocitos. Se regenera cada dos meses y representa la primera barrera de protección frente a toxinas, bacterias y la pérdida de agua. Su función es mantener la piel hidratada y protegerla de la radiación solar. 
  • Dermis. Contine fibroblastos (precursores del colágeno), elastina y proteoglicanos. Es el tejido soporte de la piel que le aporta resistencia, firmeza, flexibilidad y elasticidad. Contiene numerosos vasos sanguíneos que nutren la epidermis profunda y participan en la regulación térmica. Además, sus terminaciones nerviosas aportan la sensibilidad y detectan el dolor, el tacto, la presión y la temperatura.
  • Hipodermis. Es la capa más profunda de la piel. Se compone de tejido conjuntivo laxo y una capa de tejido adiposo, además de contener numerosos vasos sanguíneos y linfáticos. Actúa como aislante y constituye la reserva energética más importante del organismo, protegiendo el cuerpo de posibles lesiones y amortiguando los impactos. 

Con el envejecimiento y el paso de los años, la piel va adelgazando, se atrofia y pierde elasticidad.

  • Cambios en la epidermis. Deshidratación, pérdida de funciones del estrato córneo y disminución de la resistencia mecánica. 
  • Cambios en la dermis. Puede adelgazarse hasta un 35%, resultando una piel laxa, arrugada y atrófica. El colágeno disminuye y la piel pierde flexibilidad. Aumentan los edemas, la pared vascular se adelgaza y se alteran las funciones termorreguladoras. 
  • Cambios en la hipodermis. Disminuye el número y volumen de adipocitos y la vascularización empieza a ser deficiente. 

Frente a todos estos los cambios, con la vejez la piel pierde parte de sus funciones y predispone a que las personas mayores con incontinencia sean más vulnerables a los componentes químicos de la orina.

  • La orina causa irritación y puede alterar la capa dermolipídica.
  • El pH ligeramente ácido de la piel pasa a ser alcalino por el contacto con la orina, incrementando el riesgo de proliferación bacteriana y dermatitis.
  • La humedad hace que la piel sea más vulnerable y frágil.
  • La permeabilidad de la piel aumenta, poniendo en riesgo su integridad y haciéndola más susceptible con el paso de los daños.

El contacto prolongado de la piel con las heces y la orina es uno de los principales factores causantes de la dermatitis asociada a la incontinencia. En estas situaciones, la capa protectora de la piel pierde su función, permitiendo la proliferación de microorganismos y aumentando el riesgo de infecciones y otras complicaciones.

Dermatitis asociada a la incontinencia

La dermatitis asociada a la incontinencia es un tipo de dermatitis de contacto irritante, presente en pacientes con incontinencia fecal y urinaria. Se presenta como una inflamación de la piel caracterizada por eritema, llegando incluso a la erosión cutánea en algunos casos. Es una enfermedad prevalente y clínicamente relevante, con importantes repercusiones en el estado de salud y la calidad de vida de los pacientes.

Definición de Dermatitis Asociada a la Incontinencia (DAI).

La DAI es una lesión inflamatoria localizada en la piel, que se manifesta como eritema o erosión cutánea con apariencia de herida superficial, debido a la acción prolongada y repetida de la humedad e irritantes procedentes de la orina y heces.

El daño cutáneo se inicia con el enrojecimiento de la piel y la posterior inflamación. Cuando la exposición a la orina y las heces persiste, la respuesta inflamatoria va aumentando, derivando en una hinchazón o edema. Algunas veces, también pueden aparecer vesículas o ampollas, y en las situaciones más severas, la piel se presenta con erosiones, mostrando el aspecto de una herida superficial.


En el caso concreto de la incontinencia urinaria, el principal agente químico irritante es el amoníaco presente en la urea, principal causante del aumento del pH cutáneo. El pH alcalino altera el manto ácido de la piel y reduce la cohesión del estrato córneo, favoreciendo el deterioro de la función barrera. Además, paralelamente se altera la microbiota de la piel y aumentan los patógenos, incrementando el daño cutáneo.

La DAI en cifras

La epidemiología de la DAI varia significativamente dependiendo del país, la población y el nivel de atención. Por ello, la prevalencia puede oscilar desde un 4,3% hasta el 42%, y su incidencia entre un 3,4% a un 50%, según la población estudiada y el centro.

3 de cada 10 personas sufren incontinencia urinaria y, de ellas, el 77% tiene o ha tenido dermatitis*

  • El 74% afirma que la dermatitis afecta a su vida diaria.
  • El 51% nunca ha buscado un médico para tratar la infección. 
  • El 35% de las personas desconoce que existen tratamientos para la incontinencia urinaria.
  • El 91% de las personas afirma que la incontinencia urinaria afecta a su bienestar.

*Estudio realizado por Ontex en Brasil a través del IPEC sobre la prevalencia de la incontinencia urinaria y su correlación con la dermatitis. 2021.

Localizaciones y factores de riesgo de la DAI

Las áreas de la piel más afectadas son alrededor de los glúteos, caderas, genitales y el perineo.

  • Perineo. Es la zona comprendida entre la vulva y el ano en las mujeres, y desde el escroto hasta el ano en los hombres.
  • Genitales. Labios mayores en las mujeres y escroto en los hombres.
  • Ingle, nalgas y glúteos.

Según la zona de la piel expuesta a la orina y heces, la dermatitis también puede extenderse a la cara interna y posterior de los muslos, así como a la parte inferior del abdomen. 

Las principales molestias que experimentan estos pacientes son dolor, picazón, malestar, prurito, ardor y hormigueo en las zonas afectadas. La sensación de dolor puede estar presente incluso con la epidermis intacta. 


Además, a los síntomas físicos también hay que añadir otras consecuencias intangibles, que impactan gravemente en el ámbito psicológico y social. Se trata de la pérdida de independencia, aislamiento, disminución de las actividades diarias, sensación de ser una carga para la familia y disminución de la calidad del sueño. Para estos pacientes, el deterioro de la calidad de vida es muy significativo y puede ir empeorando a medida que el daño sea más severo.

Factores de riesgo de la DAI:

  • Todos los tipos de incontinencia (urinaria, fecal y doble incontinencia).
  • Uso de productos de contención oclusiva.
  • Mal estado de la piel, principalmente a causa del envejecimiento.
  • Restricciones físicas y movilidad comprometida o disminuida.
  • Deterioro cognitivo.
  • Incapacidad para realizar una correcta higiene personal.
  • Aumento de la temperatura corporal (pirexia). 
  • Medicamentos (antibióticos, esteroides, inmunosupresores, etc.).
  • Mal estado nutricional o deficiente
  • Comorbilidades y enfermedades críticas.
  • Sobrepeso y aumento del índice de masa corporal.

Teniendo en cuenta que etiología de la dermatitis asociada a la incontinencia es compleja y multifactorial, debido a todos los agentes y procesos fisiopatológicos implicados, el papel de los cuidadores y profesionales de la salud es clave en la prevención y el cuidado de estos pacientes.

Complicaciones de la dermatitis asociada a la incontinencia

Las principales complicaciones de la DAI son las infecciones cutáneas secundarias, las úlceras por presión y la aparición de otras lesiones añadidas, principalmente por la contaminación bacteriana y fúngica de las heridas. Los microorganismos más comunes asociados a la dermatitis son Escherichia coli, Candida albicans y Clostridium difficile procedentes del tracto gastrointestinal, y Staphylococcus aureus y Pseudomonas aeruginosa procedentes de la zona perineal.

Cuando la infección es por Candida, generalmente se presenta como una erupción maculopapular de color rojo brillante, diseminada a partir del área central y con lesiones satélites que se extienden hasta la piel normal. 

Dermatitis asociada a la incontinencia y úlceras por presión

La DAI y las úlceras por presión comparten la mayoría de factores de riesgo. De hecho, la dermatitis aumenta la posibilidad de desarrollar úlceras por presión, considerándose un factor de predicción. Cuanto mayor es la gravedad de la DAI, más pueden empeorar las úlceras, lo que aumenta la morbilidad y el riesgo de infecciones.


Para la prevención y tratamiento de la DAI es fundamental poder diferenciar correctamente los tipos de lesiones cutáneas. Los cuidados y las medidas preventivas y terapéuticas que se deben aplicar son diferentes en cada caso. Generalmente, la DAI es una lesión superficial de la piel, mientras que las úlceras por presión se inician en los tejidos blandos o capas más internas de la piel. Además, no solo es importante diferenciar las úlceras por presión, también hay que descartar otras enfermedades cutáneas, como la psoriasis inversa o la dermatitis de contacto alérgica y seborreica, entre otras.

Recomendaciones generales para el mantenimiento y cuidado de la piel

  • Pautar rutinas de aseo. Limpiar la piel de forma rápida, regular y con un limpiador adecuado.
  • Evitar la fricción y los lavados agresivos. Secar la piel suavemente. 
  • Evitar productos irritantes que contengan alcohol o desinfectantes. Se recomiendan productos con pH similar al de la piel.
  • Cuidar la piel con productos hidratantes y protectores. Evitar el uso de polvos de talco.
  • La hidratación es clave para mejorar la barrera de la piel. En pacientes con piel hiperhidratada o macerada, se recomienda aplicar productos emolientes después del baño y con cada cambio de absorbente. En el caso de piel seca o áspera, se recomiendan los emolientes y humectantes para reemplazar los lípidos intercelulares y mejorar el contenido de humedad del estrato córneo. 
  • Comprobar a menudo si hay signos de deterioro de la piel (enrojecimiento, picor, descamación) y tratarlos lo antes posible.
  • Estar atento a posibles infecciones del tracto urinario.
  • Garantizar una buena nutrición y una ingesta suficiente de líquidos.
  • Facilitar las condiciones de movilidad del paciente, su acceso al baño y evitar que permanezca en la misma posición durante largos periodos de tiempo.
  • Utilizar los absorbentes adecuados según cada persona (tipo de incontinencia, talla, ajuste, etc.) y cambiarlos todas las veces que sea necesario.

Mantener la integridad de la piel es una prioridad y un desafío, tanto para cuidadores como para profesionales de la salud.

La prevalencia de la dermatitis entre los pacientes con incontinencia urinaria pone de manifiesto la importancia de seguir invirtiendo en estrategias y soluciones efectivas de prevención y tratamiento desde todos los ámbitos, administraciones, profesionales sanitarios y empresas relacionadas con el cuidado y la salud de las personas.

Bibliografía

  1. Rodríguez Palma M, et. al. Dermatitis asociada a la incontinencia. Rev ROL Enferm 2018; 41(11-12): 768-776.
  2. Rodríguez Palma M., et al. Dermatitis asociada a la incontinencia. Estado actual del conocimiento. Dermatitis asociada a la incontinencia. Rev. ROL Enferm. 2018; 41(11-12): 768-776.
  3. Muñoz M.J. Hidratación cutánea. Estética y salud. Offarm. 2008. Vol. 27. Num. 11. 
  4. Sousa Lopes Reis do Arco H., et al. Intervenciones de enfermería en la dermatitis asociada a la incontinencia – Revisión integradora de la literatura. Enfermería Global. 2018. Nº52. 
  5. Renata Virginia González-Consuegra. Dermatitis asociada a incontinencia en adultos: un problema sin definición, revisión sistemática. Rev. Fac. Med. 2015. Vol.63 No. 2: 199-208.
  6. Bonnin Sánchez T., et al. Celulitis. Guía práctica de actuación desde la farmacia comunitaria. SEFAC. Elsevier 2011
  7. Julieta Lebrero. Dermatogeriatría. Geriatría clínica | Volumen 12 | Número 1 | 2018
  8. Marimon M, et al. La piel Senil. OFFARM. 2003. VOL 22 Núm. 11. 
  9. GRA M., et al. Cuidados cutáneos a un paciente incontinente. Nursing 2003. Vol. 21. Núm. 2
  10. Fletcher J, et al. (2020) International Best Practice Recommendations: Prevention and management of moisture-associated skin damage (MASD). Wounds International. 
  11. Estudio realizado por Ontex en Brasil a través del IPEC sobre la prevalencia de la incontinencia urinaria y su correlación con la dermatitis. 2021.
¿Eres profesional sanitario?
Los contenidos del sitio web al que está intentando acceder están dirigidos exclusivamente al profesional sanitario facultado para prescribir o dispensar medicamentos en España.

Bienvenid@,
nos encanta verte por aquí.