¿Alguna vez has pensado en las consecuencias de las pérdidas de orina? Seguro que si te decimos que la incontinencia urinaria repercute negativamente en la vida de las personas no es te sorprende: problemas en la piel, infecciones… Pero, ¿alguna vez has pensado en las consecuencias emocionales y psicológicas?
Son múltiples los aspectos del día a día en los que afecta este problema tan común. Por ello, adaptarse y aprender a vivir con los síntomas supone un importante reto psicológico para quienes la sufren, pero también para la familia y su entorno. Y es que, la incontinencia urinaria, además de afectar fisiológicamente a los pacientes, también lo hace sobre los pensamientos, las actitudes y las emociones.
La angustia que viven estas personas, junto con otras dificultades que deben afrontar, dependerá principalmente de las circunstancias personales de cada individuo (edad, etnia, religión, etc). Además, las reacciones frente a la incontinencia también pueden variar según la personalidad y cómo perciben su enfermedad a nivel individual. El significado y la lectura que hace cada persona sobre su incontinencia es diferente y cambia en función de cómo perciben y viven la vida.
El objetivo desde atención primaria es intentar disminuir o eliminar las barreras que estos pacientes perciben erróneamente, para poder intervenir, tratar y reducir el problema.
Sentimientos que experimentan las personas con incontinencia urinaria
Como decíamos, una de las principales consecuencias de las pérdidas de orina son psicológicas y emocionales. Las reacciones que experimentan los pacientes con incontinencia urinaria y los distintos grados de alteraciones emocionales que sufren, pueden destruir la confianza y el respeto que tienen hacia sí mismos, impidiendo que pregunten y busquen ayuda.
Pero, independientemente de que todo el mundo reacciona de forma diferente ante la incontinencia urinaria según su personalidad o los sentimientos a los que debe enfrentarse, las emociones serán las mismas:
- Negación. Consideran la incontinencia urinaria como algo pasajero y reversible. En casos de negación extrema los pacientes no hablan con nadie al no aceptar ni afrontar el problema.
- Ira. A causa del sentimiento de frustración, sienten ira hacia sí mismos o hacia los demás. Se da con mayor frecuencia en pacientes con deterioro cognitivo o demencia, por la dificultad añadida que supone no comprender lo que está pasando.
- Tristeza. Incluye sentimientos de culpa, vergüenza y pérdida de autoestima, dignidad y confianza en uno mismo.
- Miedo. Es una emoción que se siente cuando las situaciones nuevas no se saben controlar. En personas con incontinencia urinaria, al miedo a tener accidentes de pérdidas de orina en público o en cualquier momento, se le añade el miedo a desprender mal olor. Estas situaciones pueden desembocar en conductas de aislamiento.
Como todas estas emociones afectan de forma diferente a cada persona, es importante saber cómo identificar las actitudes y respuestas que se dan en cada paciente. A través del trabajo psicológico, se pueden determinar los estilos de vida, comportamientos y aspectos emocionales que se manifiestan en la incontinencia urinaria. De esta forma, se podrá ayudar a los pacientes a que comprendan y profundicen en cómo poder afrontarlo.
Perspectiva de género en las consecuencias de las perdidas de orina
La incontinencia urinaria genera inseguridades, apatía, cólera, sensaciones de rechazo, retraimiento, falsos mitos y creencias erróneas. Estos sentimientos pueden llegar a desencadenar procesos patológicos como cuadros depresivos, sobre todo en mujeres. En el caso de los hombres, sienten que son menos fuertes y que han perdido parte de su masculinidad, provocándoles sentimientos de ira. También los hombres son más propensos a la frustración, mientras que las mujeres tienden a asociar la incontinencia al embarazo y al parto.
Es importante conocer cómo afecta emocionalmente la incontinencia urinaria y qué autopercepción sobre la calidad de vida tienen los pacientes según sean hombres o mujeres.
En cuanto a la autopercepción de la calidad de vida, tanto hombres como mujeres expresan una elevada afectación. Las mujeres muestran mayor preocupación por evitar que su entorno conozca su situación y los hombres se preocupan más por masculinidad y pérdida de rol.
En relación a la afectación emocional, los sentimientos negativos varían en hombres y mujeres (vergüenza, tristeza, miedo, preocupación, ira o rabia, frustración, sentimientos de vejez y ansiedad).
- Para ambos sexos el sentimiento que más se produce es la vergüenza. También la tristeza está presente en ambos casos, siendo algo más elevado en la mujer, pudiendo derivar en trastornos depresivos.
- La ansiedad el único sentimiento que se presenta exclusivamente en las mujeres. Sin embargo, los hombres expresan en mayor medida sentimientos de rabia o ira.
Aunque el impacto psicológico de la incontinencia urinaria es inevitable, con la ayuda de los profesionales de atención primaria puede tratarse fomentando la comunicación con el paciente y manteniendo un ambiente de respeto y comprensión.
Para tratar la incontinencia urinaria hay que valorar el estado emocional y afectivo de las personas. La ansiedad y la depresión son dos factores característicos a tener en cuenta por su elevada repercusión en la calidad de vida. Y aunque es difícil que los pacientes se abran y expresen sus inquietudes en la consulta, es necesario poner todo el empeño para conseguir conocer qué siente cada persona y tener en cuenta las identidades culturales y religiosas a la hora de preguntar y hablar con ellos.
Existen algunas terapias específicas que pueden ayudar y ser de gran utilidad para reconocer los patrones desadaptativos de pensamiento de los pacientes. Además, también se pueden recomendar técnicas de relajación y entrenamiento en la solución de los problemas.
Bibliografía:
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- Ortuño-Esparza, Pina-Roche F. Diferencias en la aceptación psicológica entre hombres y mujeres afectados de incontinencia urinaria. II Jornadas Doctorales de la Universidad de Murcia. 2020.