El buen uso y la conservación de los medicamentos

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Los medicamentos son sustancias o preparados con propiedades curativas y preventivas, que se administran para diagnosticar, tratar, aliviar, prevenir o curar enfermedades y dolencias. Se trata de una herramienta terapéutica fundamental para mejorar la salud de las personas enfermas y ayudar a la recuperación del organismo ante los desequilibrios producidos por las enfermedades.

El correcto uso de los medicamentos depende de que exista un equilibrio entre cuatro objetivos clave:

  • Maximizar su efecto.
  • Minimizar el riesgo.
  • Respetar la elección del paciente.
  • Minimizar los costes.

Según la OMS, el uso adecuado de los medicamentos implica que el paciente reciba el medicamento según una indicación específica, en la dosis correcta, durante el tiempo establecido y al menor coste posible para él y la sociedad. Es decir, no solo se trata de curar y mejorar la salud de las personas, también es importante hacer un uso racional de los medicamentos para evitar consecuencias negativas, posibles efectos secundarios, interacciones no deseadas o la pérdida de eficacia, además de evitar costes personales, sociales y sanitarios innecesarios.

El 50% de los pacientes a nivel mundial toma los medicamentos de forma incorrecta, lo que supone un importante problema de salud pública.

Los principales errores relacionados con el uso de los medicamentos son:

  • No seguir el horario marcado para la toma de dosis. Se trata de un aspecto clave para poder garantizar la eficacia del tratamiento.
  • Olvidar la toma de alguna dosis. Como en el caso anterior, el olvido de alguna dosis puede derivar en la pérdida de eficacia.
  • No completar la duración recomendada del tratamiento.
  • Dejar de tomar la medicación de los tratamientos crónicos. En ocasiones puede existir la falsa creencia de que el organismo necesita descansar durante una temporada.
  • No seguir la recomendación de la toma de medicamentos en relación con las comidas.
  • Olvidar tomar la medicación durante viajes o vacaciones.
  • Ocultar información al profesional sanitario. Dar información incorrecta sobre posibles síntomas y no informar cuando se toman otros medicamentos, puede derivar en intoxicaciones o interacciones medicamentosas graves.
  • Recomendar fármacos a otras personas. Los medicamentos siempre deben estar recomendados por el médico y según las características de cada persona.

En relación al incumplimiento terapéutico, los principales factores que lo favorecen son la falta de educación sanitaria sobre la propia enfermedad, la complejidad del tratamiento, las reacciones adversas, una deficiente relación médico-paciente y la falta de apoyo familiar, social y sanitario.

Los pacientes que demuestran peor índice de adherencia terapéutica son las personas mayores.

Para mejorar la adherencia farmacológica es imprescindible que médicos y pacientes negocien un plan de tratamiento y lleguen a un acuerdo de cumplimiento. Por ello, aunque la prescripción de los medicamentos depende de los médicos, los pacientes son los verdaderos responsables de cumplir con sus tratamientos.

Consejos para el uso correcto y responsable de los medicamentos

  • Participación activa de los pacientes en los temas relacionados con los medicamentos que toman. Es importante que las personas se impliquen directamente en la toma de decisiones sobre su salud y que entiendan el tratamiento prescrito y los consejos sobre hábitos saludables.
  • Seguir siempre las indicaciones y pautas de medicación establecidas por el médico y nunca suspender el tratamiento sin motivo justificado. Se recomienda que el profesional sanitario, además de dar las indicaciones de forma oral, también las ponga por escrito cuando sea necesario.
  • Adquirir siempre los medicamentos en la farmacia y confiar en el farmacéutico. La farmacia es el único establecimiento autorizado para la dispensación de fármacos, además de ofrecer asesoramiento y consejo sobre el uso correcto de los medicamentos.
  • Leer detenidamente el prospecto antes de tomar un medicamento. Es importante saber cuándo, cómo y durante cuánto tiempo tomarlo, y las posibles interacciones, prestando especial atención a la fecha de caducidad.
  • Nunca sacar el medicamento del blíster antes de tomarlo. Utilizar siempre el envase y guardar el prospecto.
  • Prestar atención a las indicaciones de uso. No se aconseja triturar los comprimidos. También es importante seguir las indicaciones del prospecto sobre si hay que tomar los fármacos con o sin alimentos, así como la hora del día recomendada.
  • Estar pendiente de posibles efectos secundarios. Especialmente aquellos que pueden afectar a la capacidad de conducir o al manejo de maquinaria.
  • Evitar el olvido de las tomas. Para evitar despistes puede ser útil establecer un calendario de medicación, asociar la toma a una tarea cotidiana, o programar una alarma en el móvil.
  • Seguir las instrucciones de almacenaje y conservación. Se recomienda guardar la medicación en un lugar específico y fuera del alcance de los niños.

La importancia de la conservación de los medicamentos

Para que un medicamento mantenga todas sus propiedades farmacológicas hasta su fecha de caducidad, es necesario cumplir siempre con las recomendaciones que aparecen en la caja y el prospecto, desde el inicio de la cadena de distribución hasta el final, cuando el fármaco está en el domicilio del paciente. Los medicamentos no pueden guardarse en cualquier sitio, es importante que su conservación y almacenaje sea el correcto para garantizar que su uso sea seguro.

Los medicamentos requieren condiciones específicas de temperatura, luz y humedad.

En general, se recomienda evitar los sitios húmedos, las altas temperaturas y la luz directa, por ello, es preferible guardarlos en lugares frescos y secos. Un incorrecto almacenaje puede disminuir la efectividad del tratamiento, incluso aunque no se haya cumplido la fecha de caducidad.

Los principales aspectos a tener en cuenta son:

  • Conservar el embalaje, el prospecto y el envase principal para evitar confusiones. Son elementos útiles para consultar la forma de conservación, el modo de empleo, el contenido de alérgenos, las reacciones adversas, la toma de dosis o cómo deshacerse de los medicamentos una vez caducados. Además, conservar los medicamentos dentro de sus envases originales, les protege de la luz y la humedad.
  • Fecha de caducidad. Se trata de un aspecto clave a la hora de garantizar la eficacia de un medicamento. También es importante no confundir la fecha de caducidad con el tiempo de validez una vez abierto el envase. Es el caso de algunos colirios, jarabes, suspensiones orales o cremas, que deberán desecharse transcurrido un determinado periodo de tiempo desde la apertura de su envase.
  • Degradación. No tomar ningún medicamento fuera del plazo marcado o cuando se sospecha que está en mal estado. Un fármaco caducado puede ser menos eficaz, incluso tóxico.
    • Cambio de aspecto. En el caso de inyectables o presentaciones líquidas, el cambio de color o un aspecto turbio es indicativo de mal estado. En relación a los comprimidos, hay que sospechar que existen alteraciones cuando alguno de ellos es diferente al resto.
    • Conservación a temperatura ambiente. Mantener los fármacos entre 15 y 25 grados y nunca guardarlos en la nevera, a no ser que lo especifique el prospecto. Algunos medicamentos son especialmente sensibles a los cambios de temperatura, como las cremas, las pomadas, los supositorios y las suspensiones que se preparan en el último momento.
    • Localización. Resguardar los medicamentos de la luz y mantenerlos lejos de las fuentes de calor y humedad para evitar que se degraden y pierdan estabilidad. Además, también es importante que se mantengan fuera del alcance de los niños.
    • Eliminación de medicamentos caducados o en mal estado. Nunca deben tirarse a la basura o por el desagüe. Se recomienda llevarlos a los puntos SIGRE de las farmacias dentro de sus envases.

Se recomienda no guardar los medicamentos en cocinas y baños, ya que son zonas húmedas y con cambios de temperatura frecuentes.

Medicamentos termolábiles

Generalmente, los medicamentos se pueden mantener a temperatura ambiente, excepto los que necesitan condiciones especiales de conservación, llamados fármacos termolábiles. Se trata de medicamentos que precisan temperaturas bajas entre 2 y 8°C y que deben guardarse en la nevera. En estos casos, es muy importante que no se rompa la cadena de frío desde su fabricación hasta el momento de la administración al paciente.

Cuando un medicamento necesite conservarse en frio estará indicado en el envase con un asterisco (*) y con la frase “Conservar entre 2 y 8°C”. Además, las condiciones concretas de su conservación se especifican en el prospecto.

  • Recomendaciones de almacenaje importantes para medicamentos termolábiles:
  • Prestar atención a la caducidad, ya que en los medicamentos termolábiles suele ser más corta.
  • Reservar un espacio dentro de la nevera y señalizarlo para evitar posibles intoxicaciones.
  • Evitar colocar el medicamento en la puerta de la nevera, por ser la zona con más variación de temperatura. Se recomiendan los estantes centrales al mantener la temperatura más estable.
  • Vigilar que el envase no toque las paredes de la nevera y evitar la congelación.
    • Comprobar regularmente la temperatura de la nevera. Pueden ser útiles los termómetros que miden la temperatura máxima y mínima dentro de la nevera en cada momento.
    • Cuando el medicamento se olvida fuera del frigorífico durante un tiempo prolongado es importante consultar al farmacéutico si se puede utilizar.
  • Tener previsto cómo mantener las condiciones de temperatura en los viajes. Se suelen utilizar neveras o recipientes isotérmicos para su transporte, especialmente en verano.

Algunos ejemplos de medicamentos que deben conservarse en frío son las vacunas, algunos antibióticos, determinados colirios, probióticos y las insulinas.

Almacenar cada medicamento acorde con sus características propias y leer el etiquetado y el prospecto, es importante para saber cómo conservarlos después de su apertura o preparación. Para garantizar la salud, también es fundamental revisar el botiquín varias veces al año y retirar los medicamentos que estén caducados o que no se vayan a utilizar más.

Seguir las recomendaciones para un correcto uso y almacenaje de los medicamentos ayuda a disminuir el riesgo de situaciones accidentales. Y en caso de duda, consultar al farmacéutico, el profesional sanitario que mejor conoce las pautas de administración y conservación de los medicamentos.

Bibliografía
1.¿Qué son los medicamentos? Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Gobierno de España
2. Escolar M. Uso correcto de medicamentos. Cinfasalud. Febrero 2024.
3. ¿Qué es un medicamento? Colegio de Farmacéuticos de Barcelona.
4. Consejos para la correcta conservación de los medicamentos. Tu farmacéutico de guardia. Enero 2022.
5. Casamitjana N. ¿Cómo debemos conservar los medicamentos? Colegio de Farmacéuticos de Barcelona.
6. Escolar M. ¿Cómo debemos guardar los medicamentos? Cinfasalud. Septiembre 2019.
7. Romero M. Cómo conservar correctamente los medicamentos en casa. Colegio de Farmacéuticos de Sevilla. Febrero 2016.
8. 5 factores clave en la conservación de los medicamentos. Blog SIGRE. Marzo 2017.

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