Infecciones urinarias en verano. Cómo prevenirlas

Infecciones urinarias en verano. Cómo prevenirlas

Las infecciones del tracto urinario, junto a las respiratorias, son el grupo de infecciones más frecuentes en Atención Primaria. Se trata de infecciones bacterianas comunes que afectan cada año a 150 millones de personas en todo el mundo.

Además de a nivel ambulatorio, las infecciones urinarias también han aumentado mucho en el ámbito hospitalario, mostrando un incremento en el número de ingresos. Este aumento de hospitalizaciones vinculadas a las infecciones del tracto urinario se suele relacionar con el aumento de las tasas de resistencia a los antibióticos orales.

Todo ello sin olvidar que, como ocurre con otras enfermedades infecciosas, las infecciones urinarias son estacionales y su incidencia aumenta durante los meses de verano. El calor, el sudor, la humedad o el hecho de vestir con menos ropa pueden contribuir a la proliferación de bacterias que causan estas infecciones.

Ante esta situación, comprender los factores de riesgo asociados a las infecciones del tracto urinario es de vital importancia clínica y de salud pública.

Principales causas de las infecciones urinarias

Las infecciones de orina se producen por la presencia y crecimiento de bacterias en la uretra, vejiga y riñones, procedentes originariamente de la vía digestiva, principalmente del colon, y que se sitúan sobre la piel de la zona anal y genital. Desde dichas localizaciones, las bacterias ascienden por la uretra hacia la vejiga provocando la infección.

La uretra es la principal vía ascendente por la que los microorganismos llegan al aparato urinario y causan las infecciones de orina.

Principales gérmenes relacionados con las infecciones urinarias:

  • Escherichia coli: Son bacterias presentes en las heces y causan el 70-90% de las infecciones de orina.
  • Klebsiella, Proteus, Serratia y Pseudomonas: Se trata de bacilos gramnegativos intestinales que provocan infecciones urinarias en menor proporción.
  • Hongos, levaduras, virus y parásitos: Se consideran la causa menos frecuente de las infecciones de orina.

Solo una minoría de las infecciones del tracto urinario son producidas por microorganismos ambientales; la mayoría se originan por bacterias procedentes de la propia vía digestiva.

Los principales síntomas de las infecciones urinarias son:

  • Dolor o quemazón al orinar.
  • Aumento de la frecuencia.
  • Sensación constante de ganas de orinar y no poder hacerlo.
  • Dolor abdominal.
  • Cambios de color de la orina.

Las infecciones de orina no siempre son iguales; tienen peculiaridades distintas según factores como el sexo, la edad o las alteraciones estructurales de las vías urinarias.

Clasificación de las infecciones según la localización en el tracto urinario:

  • Infecciones inferiores o de las vías bajas: Cistitis (vejiga), uretritis (uretra) y prostatitis (próstata).
  • Infecciones superiores o de las vías altas (riñones): Pielonefritis agudas, nefritis bacteriana aguda, absceso intrarrenal y absceso perinéfrico.

La mayoría de los casos de infecciones de orina se curan sin complicaciones con antibióticos. Sin embargo, hay que prestar especial atención a los pacientes mayores con enfermedades crónicas, porque en ellos las infecciones pueden indicar problemas más graves, como fallo renal o sepsis.

Factores de riesgo y situaciones a tener en cuenta

En líneas generales, las infecciones del tracto urinario afectan más a las mujeres que a los hombres. El motivo principal, además de los factores hormonales y el riesgo durante el embarazo, se relaciona con la anatomía de la mujer.

La uretra, el conducto que vacía la orina de la vejiga al exterior, es más corto en las mujeres que en los hombres. La menor longitud de la uretra facilita que los gérmenes y bacterias presentes alrededor de la zona genital puedan llegar más fácilmente a la vejiga y causar infecciones.

El 40% de las mujeres tendrán al menos una infección de orina a lo largo de su vida y un 20% presentarán infecciones de repetición.

En el caso de los hombres, la mayoría de las infecciones de orina se consideran complicadas y suelen asociarse con anomalías funcionales o estructurales de las vías urinarias. Además, las infecciones de orina en los hombres también pueden afectar a otros órganos, como la próstata o los testículos.

Principales factores de riesgo y situaciones a tener en cuenta

Tanto en hombres como en mujeres, existen varios factores de riesgo conocidos que pueden derivar en infecciones del tracto urinario.

  • Enfermedades crónicas mal controladas como la diabetes, insuficiencia renal crónica o situaciones de inmunodepresión grave.
  • Embarazo: El paso de la orina es más lento por la presión y las bacterias permanecen más tiempo en la vejiga.
  • Postmenopausia: El déficit de estrógenos causa sequedad en la mucosa, aumenta la incontinencia urinaria y las infecciones urinarias.
  • Trastornos urológicos: Enfermedad uretraprostática en los hombres.
  • Alteraciones estructurales de las vías urinarias: Litiasis vesical, patología prostática, tumores de próstata o vejiga.
  • Alteraciones funcionales del aparato urinario: Reflujo vesicoureteral y vejiga neurógena.
  • Uso de espermicidas o dispositivos anticonceptivos como diafragmas vaginales.
  • Ingesta limitada de líquidos con o sin deshidratación.
  • Utilizar ropa muy ajustada y de fibras sintéticas que dificultan la transpiración, aumentan la temperatura y la humedad de la zona.
  • Estreñimiento: La ralentización y el estancamiento de las heces pueden provocar la proliferación de colonias de bacterias.
  • Hábitos higiénicos no adecuados y utilización de productos de higiene que modifican las condiciones de la piel en la zona genital y alteran la flora vaginal, principalmente los productos con pH no neutro.

En los casos de infecciones urinarias recurrentes, los principales factores de riesgo son:

  • Incontinencia urinaria.
  • Antecedentes familiares o de infecciones urinarias durante la infancia.
  • Diabetes mellitus.
  • Enfermedades neurológicas (lesión medular, esclerosis múltiple, ictus, etc.).
  • Cirugía urogenital previa o patología urológica (cálculos, procesos que produzcan obstrucción, prostatitis crónica, vejiga caída, sondaje permanente, etc.).

Hablar de infecciones urinarias recurrentes significa tener 3 o más episodios en un año, después de haber curado una infección de orina previa.

También se han descrito factores de riesgo a nivel ambiental, principalmente el aumento de las temperaturas en épocas de verano.

Los meses de verano se presentan comúnmente como la causa principal de la variación estacional.

El verano y el aumento de las infecciones del tracto urinario

Es conocido que muchas enfermedades infecciosas son estacionales; sin embargo, la estacionalidad en la incidencia de las infecciones del tracto urinario se ha descrito hace relativamente poco tiempo.

La estacionalidad de las infecciones del tracto urinario se explica por los cambios climáticos, específicamente la temperatura. Su incidencia alcanza el punto máximo en los meses de verano, con un pico significativo a mitad de la estación.

Aunque las infecciones de orina están presentes durante todo el año, se ha demostrado que las altas temperaturas del verano incrementan su incidencia, principalmente por el aumento de la humedad en el área urogenital debido al calor y al sudor, lo que altera la flora vaginal, incrementa las bacterias y aumenta la frecuencia de las infecciones de orina.

Además, una mayor exposición a temperaturas más cálidas aumenta la pérdida de líquido por la transpiración, provocando deshidratación, menor producción de orina y mayor concentración de bacterias en la orina.

La deshidratación y la menor producción de orina se asocian a un mayor riesgo de sufrir infecciones del tracto urinario.

Se ha demostrado que con una temperatura media semanal entre 25 y 30 °C aumenta un 20-30% la incidencia de infecciones del tracto urinario respecto a las semanas con temperaturas entre 5 y 7,5 °C. Además, a medida que suben las temperaturas, también aumentan las complicaciones relacionadas con las infecciones del tracto urinario.

El clima cálido se asocia al aumento de las infecciones del tracto urinario y se puede considerar un factor de riesgo.

Principales causas del aumento de la frecuencia de las infecciones urinarias en verano

  • Aumento de la humedad en la zona urogenital: El sudor o actividades como el baño modifican la composición de la flora cutánea vaginal y del periné, favoreciendo la proliferación y crecimiento de bacterias uropatógenas.
  • Deshidratación y disminución de la producción de orina por el aumento de la sudoración con el calor: La exposición a temperaturas más cálidas aumenta la pérdida de líquidos por la transpiración, reduciendo el líquido extracelular. Como consecuencia de la deshidratación, se disminuye la producción de orina, dificultando la eliminación mecánica de las bacterias del tracto urinario y facilitando su concentración y proliferación en la orina y vías urinarias.
  • Aumento de la carga bacteriana en la piel: Principalmente ocurre en la zona periuretral femenina.

Además, el aumento de frecuencia de las relaciones sexuales en verano, principalmente en los más jóvenes, se ha comprobado que también puede aumentar las posibilidades de infecciones del tracto urinario.

Por todo ello, es clave prestar especial atención a la hidratación y tomar las medidas preventivas recomendadas, especialmente durante los meses de verano.

Recomendaciones frente a las infecciones de orina

  • Mantener una adecuada hidratación durante los meses más cálidos. Se recomienda consumir frutas, verduras y beber un mínimo de 2 litros de líquidos al día.
  • No retener el deseo de orinar. Es importante orinar con frecuencia, cada 2-3 horas si es posible, así como antes y después de las relaciones sexuales.
  • Evitar alterar la composición de la flora vaginal. No se recomiendan las duchas vaginales, ni los productos irritantes como espermicidas y productos de higiene íntima con pH no neutro.
  • Secar bien la zona después de orinar.
  • Utilizar ropa interior de algodón y evitar prendas ajustadas.
  • Cambiar frecuentemente el bañador húmedo por ropa interior seca.
  • Evitar el estreñimiento.
  • Evitar alimentos irritantes, como el café, las comidas picantes y condimentadas.

En general, los climas más calurosos implican un mayor riesgo de infecciones del tracto urinario, así como un aumento de la morbilidad asociada. Por ello, es importante que las estrategias futuras sobre los factores de riesgo de las infecciones del tracto urinario tengan en cuenta el importante papel del entorno y la estacionalidad de esta infección tan común.

Bibliografía

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