Día Internacional de las Personas Cuidadoras
La incontinencia urinaria es un problema que sufren miles de personas en todo el mundo, y aunque los datos de prevalencia pueden variar según el tipo de incontinencia y de unas regiones a otras, existe un amplio consenso sobre la importancia que tiene por sus enormes repercusiones personales.
La incontinencia urinaria deteriora la calidad de vida, limita la autonomía personal, posee graves implicaciones psicológicas y sociales, además de predisponer a una mayor morbilidad.
Algunas de las principales consecuencias de la incontinencia urinaria son:
- Retraimiento social y abandono de las actividades sociales.
- Baja autoestima.
- Vergüenza por las pérdidas y miedo a oler mal.
- Riesgo de deshidratación al beber menos agua.
- Mayor fragilidad, dependencia y riesgo de institucionalización.
- Aumento del riesgo de caídas.
La International Continence Society define la incontinencia urinaria como una situación en que la pérdida involuntaria de orina a través de la uretra demostrable objetivamente, genera un problema social e higiénico.
La incontinencia urinaria no se trata de una enfermedad que ponga en riesgo la vida de los pacientes, sin embargo, disminuye enormemente su autoestima, reduce su autonomía y aumenta la necesidad de cuidados.
Factores de riesgo
Los principales factores de riesgo de la incontinencia urinaria son la inmovilidad, el deterioro funcional y cognitivo, la demencia y la alta comorbilidad, especialmente los procesos neurológicos.
El perfil del paciente con incontinencia urinaria es una persona de edad avanzada, pluripatológico, con alto grado de dependencia y polimedicado.
Aunque afecta a todos los grupos de población, edades y a ambos sexos, la incontinencia urinaria es más frecuente en mujeres y ancianos.
- Mujeres. En mujeres jóvenes es más común la incontinencia urinaria leve y en mujeres mayores afecta mayoritariamente la forma moderada o severa. El embarazo, el parto, la obesidad y las diferencias anatómicas del suelo pélvico favorecen su aparición.
- Ancianos. La incontinencia urinaria aumenta con la edad. En los ancianos, generalmente, coexiste con otros problemas de salud, que hace indispensables intervenciones terapéuticas más específicas.
Recomendaciones para el abordaje de la incontinencia urinaria
Aunque existen fármacos indicados para la incontinencia urinaria, los ejercicios y las medidas higiénico-dietéticas son fundamentales para estos pacientes.
Medidas generales
- Estar motivado.
- Perder peso en casos de obesidad y sobrepeso.
- Fomentar la movilidad.
- Restringir los líquidos antes de acostarse. Evitar tomar líquidos a última hora de la tarde, para evitar tener que orinar por la noche.
- Limitar el café, té y alcohol, sobre todo por la tarde.
- Preguntar al médico y seguir sus instrucciones cuando la causa de la incontinencia urinaria sea reversible: infecciones urinarias, hipervolemia, hiperglucemia, estreñimiento, etc.
- Reducir el número de fármacos cuando el médico lo considere necesario.
- Llevar ropa cómoda, fácil de poner y quitar. También debe ser fácil de lavar y secar.
Medidas específicas
- Calendario miccional. Se trata de calendarios con valor diagnóstico que permiten adelantarse a los episodios de incontinencia y modificar el patrón de ingesta de líquidos. Consiste en apuntar las horas a las que se ingieren líquidos, las horas que se va al baño a orinar y los episodios de incontinencia y su situación (cogiendo peso, caminando, urgencia imperiosa, etc.).
- Ejercicios de suelo pélvico (Ejercicios de Kejel). El objetivo es fortalecer los músculos que están directamente implicados en las ganas de orinar, para tener el tiempo suficiente de llegar al baño cuando aparece el deseo miccional.
Programar el ritmo miccional y re-educación vesical. Se trata de una medida que depende más del cuidador que del paciente. Consiste en marcar unas horas determinadas para ir al baño, siempre a las mismas horas y con una frecuencia de 2-3h. Se recomienda aprovechar momentos concretos, como las horas de levantarse y acostarse, antes o después de las comidas y antes de ir a dormir. El objetivo es acostumbrar a la vejiga a retener la orina durante un corto periodo de tiempo. Se trata de una estrategia que consigue mantener seco al paciente durante más tiempo, mejorando la calidad de vida, la autoestima y su dignidad.

Estrategias para problemas concretos.
- Incontinencia urinaria de esfuerzo o estrés.
- Realizar ejercicios musculares del suelo pélvico.
- Entrenamiento de la vejiga.
- Proporcionar asistencia para ir al baño.
- Incontinencia urinaria de urgencia y vejiga hiperactiva.
- Implementar el entrenamiento vesical.
- Cuando la persona pueda y esté motivada, informarle sobre la inhibición de la urgencia.
- Realizar ejercicios musculares del suelo pélvico.
- Incontinencia urinaria de desbordamiento.
- Disponer del suficiente tiempo para vaciar.
- Cuando sea necesario el cateterismo, es preferible el tratamiento intermitente estéril al de cateterización permanente.
- Incontinencia urinaria funcional.
- Micciones programadas.
- Ingesta adecuada de líquidos.
- Modificar el entorno para maximizar la independencia.
El importante papel del cuidador en la mejora de los pacientes con incontinencia urinaria. Prevención de efectos no deseados.
Seguir ciertas rutinas diarias por parte de pacientes y cuidadores resulta de gran utilidad para prevenir los efectos adversos y ayudar al tratamiento de las posibles lesiones.
Infecciones del tracto urinario
- Para prevenir las infecciones de orina se recomienda el consumo abundante de líquidos, el vaciamiento completo de la vejiga, el aseo adecuado de los genitales y usar ropa interior de algodón.
Lesiones por humedad
- Explorar visualmente la piel de forma periódica para detectar posibles lesiones.
- Ayudar a la persona incontinente a limpiarse y a mantener su piel seca. Se trata de limpiar cuidadosamente las zonas expuestas a la humedad y secar correctamente la piel.
- Evitar las soluciones que lleven alcohol y los jabones convencionales, se consideran agresivos para las pieles frágiles y expuestas a la humedad.
- Evitar utilizar agua demasiado caliente, ya que puede causar lesiones por el calor y un secado excesivo e innecesario de la piel. Se recomienda utilizar agua tibia.
- Secar la piel con suavidad, con mucho cuidado y sin friccionar. Prestar especial atención a los pliegues, zona perianal y perigenital.
- Mantener la piel hidratada y protegida de los efectos de la humedad y la incontinencia.
- Proteger la piel del exceso de humedad con cremas barrera.
Caídas
- Identificar las conductas y los factores relacionados con el riesgo de caídas. El déficit cognitivo y físico de los pacientes pueden aumentar el riesgo de caídas.
- Modificar el entorno para facilitar el acceso al baño, minimizando los peligros y riesgos. Retirar todos los obstáculos (alfombras, muebles, etc.), iluminación adecuada, suelo seco no deslizante, camas bajas, mantener la puerta del baño abierta, etc. Cuando existan problemas de movilidad añadidos se recomienda poner agarraderos a los lados de la taza del váter.
Autoestima
- Reforzar positivamente los logros que vaya consiguiendo la persona con incontinencia urinaria.
Comunicación
- Es importante fijarse en los gestos y las palabras de la persona dependiente. En ocasiones avisan de que quieren ir al baño mediante muecas o con frases sin sentido, incluso un aumento del nerviosismo puede ser una señal.
En los casos más severos las medidas recomendadas pueden no ser suficientes para controlar la incontinencia urinaria. En estos pacientes existen otras medidas a implementar, dependiendo de cada persona y de cada situación en particular. Los absorbentes, los colectores urinarios y el sondaje vesical son los más importantes.
- Absorbentes:. se clasifican según su capacidad de absorción, el tipo o la forma y la talla. La elección del absorbente es muy importante para que realice correctamente su función.
– Deben adaptarse perfectamente al cuerpo para evitar fugas (comodidad y fácil adaptación).
– Tienen que disponer de la suficiente capacidad de absorción para controlar las pérdidas (eficacia).
– No deben dañar la piel ni producir rozaduras (tolerabilidad).
– Minimizar la sensación de humedad una vez producida la micción (bienestar).
– Deben ser discretos en la medida de lo posible.
- Colectores urinarios para hombres: permiten recoger, almacenar y transportar la orina. Los hay de distintos tamaños, escoger la talla adecuada es importante para evitar la compresión del pene o que el dispositivo quede demasiado suelto.
- Sondaje vesical: el sondaje vesical sólo está indicado en situaciones de verdadera obstrucción, cuando la humedad sea un verdadero problema o cuando haya riesgo de lesión. El sondaje vesical puede producir infecciones o anular el deseo de orinar.
Los cuidados y atenciones que necesitan las personas dependientes con incontinencia urinaria son variados y suponen un gran reto cada día. Desde la higiene o la prevención de infecciones, hasta el acompañamiento emocional, son fundamentales para mejorar su calidad de vida. Se trata de un trabajo exigente, que la mayoría de veces supone anteponer el cuidado de la persona dependiente a la propia vida personal y familiar.
La labor de familiares y cuidadores es admirable y digna de poner en valor.
Día internacional del cuidador
Desde el año 2014, cada 5 de noviembre, se celebra el Día Internacional de las Personas Cuidadoras. El objetivo es reconocer y rendir homenaje al esfuerzo y dedicación de todas aquellas personas que cuidan de otras, ya sean personas mayores o en situación de dependencia por discapacidad, enfermos en estado terminal, o con enfermedades crónicas incapacitantes.
Retrato del cuidador en España
Encuesta Nacional de Salud 2017 del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social
- Uno de cada diez españoles presta cuidados al menos una vez por semana a personas mayores, o con problemas crónicos de salud.
- El 40% de los españoles destinan más de 20 horas semanales a la atención de estas personas.
- El 70% de los cuidadores que dedican más de 20 horas a la semana tienen más de 65 años.
- El 85% de las personas cuidadoras entre 40 y 64 años son mujeres.
Sin duda, los cuidadores son fundamentales para mejorar la calidad de vida de las personas dependientes. En estos casos, atender el problema de la incontinencia es prioritario para el correcto cuidado de las personas dependientes.
De hecho, el cuidado de la piel y el control de la regularidad de la micción son los principales factores que los cuidadores de personas con incontinencia urinaria deben tener en cuenta. Y aunque existen medidas generales y hábitos específicos que pueden ayudar a evitar la incontinencia o disminuir sus consecuencias, sigue siendo un verdadero desafío para familiares y cuidadores por el gran impacto que genera tanto en la calidad de vida de los pacientes como en la de sus cuidadores.
Todo nuestro reconocimiento a los cuidadores que trabajan duramente para conseguir que los enfermos mejoren su calidad de vida y puedan seguir desarrollando sus proyectos vitales.
Bibliografía
- Guía de buenas prácticas en pacientes con incontinencia urinaria. Junta de Castilla y León. HURH 2019. Consejería de Sanidad.
- Incontinencia Urinaria. Recomendaciones. Hospital Universitario de Getafe. Comunidad de Madrid.
- Cuñarro Alonso J.M. Pacientes y Cuidadores.com.
- Día Internacional de las Personas Cuidadoras. diainternacionalde.com.
- Día internacional de las Personas Cuidadoras. Área de Salud de Mérida. Servicio Extremeño de Salud.
- Día internacional de las Personas Cuidadoras. Aula de Pacientes. Portal de Salud. Junta de Castilla y León. Noviembre 2019.
- Día del Cuidador. Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG). Noviembre 2019.
- Cuidar y Cuidarse. Guía para personas cuidadoras. Escuela de Pacientes. Junta de Andalucía. Consejería de Salud 2009.